Patologías sexuales

Patologías sexuales

El concepto de sexualidad y su ubicación dentro del esquema de la salud y la calidad de vida humanas ha cambiado mucho en los últimos tiempos. Por ello, algunas realidades se encuentran todavía en discusión en ese campo. Muchos expertos no creen poder establecer un límite estricto entre la normalidad y la anormalidad sexual, siendo la realidad particular en cada individuo un sistema absolutamente diferente a los demás.

Algunos proponen el criterio de la buena adaptación social como el único que define la situación. No obstante, existen algunas definiciones de la ciencia acerca de los comportamientos sexuales considerados normales y aquellos cercanos a la patología.

Existen patologías sexuales que comparten hombres y mujeres y muchas de ellas están relacionadas con aspectos psicológicos. Ambos sexos pueden experimentar trastornos en el deseo sexual originados por una educación demasiado estricta, miedo a la intimidad, ansiedad antes del sexo, inseguridad personal, trastornos endocrinos y la insuficiencia renal, etc. También una disfunción sexual puede ser la causante en la disminución del deseo sexual.

Recientemente el Instituto de Sexualidad Humana de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) realizó un simposio en el cual intervinieron invitados internacionales que presentaron los más recientes avances en la materia. La medicina se empeña en mantenerse alerta ante las novedades de la ciencia. La muestra es que durante este simposio se describieron nuevas patologías sexuales, a las cuales ya no se les conoce como disfunciones. Las patologías sexuales son problemas en la respuesta sexual humana (el deseo, la excitación y el orgasmo) que usualmente impiden el desarrollo de una vida íntima plena, afectan la salud integral y la autoestima del individuo, así como su relación de pareja.

Padecer de algún tipo de trastorno sexual es algo muy común hoy en día. Lo mejor que se puede hacer es buscar el tratamiento adecuado lo antes posible, para volver a disfrutar de la vida sexual plena que tanto la persona afectada como su pareja merecen.

Aunque a veces el problema puede estar motivado por alguna anomalía orgánica (carencias hormonales, trastornos endocrinos, insuficiencia renal, etc.) es importante conocer que lo más normal es que el problema obedezca a causas psicológicas como un bajo nivel de autoestima, estados depresivos, excesivo estrés o ansiedad, un historial de abusos sexuales o mala relación de pareja, por mencionar algunas. Esta disfunción requiere un programa de tratamiento más largo y más completo que otras, aunque el terapeuta en este caso puede ayudarle a descubrir las causas que motivan dicha inapetencia sexual y a proporcionarte recursos necesarios para que dicho deseo se vea incrementado.

No olvides que la sexualidad es una vivencia compartida con la pareja, y esto es de suma importancia en el tratamiento de cualquier patología sexual. Por eso, es imprescindible que acudas a un especialista lo antes posible, ya que estas patologías tienen solución cuando se tratan tempranamente y se lleva a cabo una terapia adecuada, casi siempre a nivel de pareja.

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