POR JORGE RAMOS
La profesora Patricia Ascuaciati, ex directora de la Escuela Nacional de Danza, dijo que los artistas no deben actuar bajo instancias políticas cuando llegan a ciertas posiciones, porque no se resuelve nada detractando al anterior incumbente.

 “Con salir a divulgar dificultades no se llega a nada, pues para mí lo importante es resolverlas de forma callada, discreta y respetuosa, inclusive de aquellas personas que han sido nuestros maestros, como fui yo de esa señora, en algún momento”, expresó la coreógrafa.

La actual directora de la escuela, apéndice de la Dirección General de Bellas Artes, Ninoska Velázquez, denunció el pasado martes en este periódico las deficiencias académicas del alumnado que encontró en la entidad en agosto pasado; niñas con dos y tres años que no reunen las condiciones para estudiar danza y que serían sacadas de las clases.

Ascuaciati señaló que tiene una copia del inventario de la escuela y contrario a lo que sugiere Ninoska, dejó más cosas que aquellas que encontró al asumir el cargo en el 2000, pues le donó a la institución espejos, vestuario y barras, entre otras utilidades.

 Agregó que cuando llegó a la posición que dignamente desempeñó, también encontró una serie de situaciones que enfrentó y resolvió sin tener que acudir a los periódicos a hablar de ellas.

Justificó que en su gestión se le cobrara a los padres de los alumnos una mínima suma de dinero de inscripción, a título de cooperación, porque el Estado nunca tiene recursos para esos fines, aunque el aporte no era obligatorio. Saludó que en este período no se esté haciendo.   

Ascuaciati dice que esas instituciones son instancias del Estado creadas para fomentar el arte y mantener sus puertas abiertas a la mayor cantidad de personas, sin que influya tanto la política.

LA DANZA NO PUEDE SER ELITISTA

“Yo no entiendo la danza como una élite. No digo que se esté o no aplicando. Esa fue mi intención y si tienen que meterme presa por eso, voy con gusto y satisfacción”, significó. 

Explicó  que ella prefiere que haya un montón de jóvenes en las escuelas de Bellas Artes y no que estén en los barrios enfrentados a las drogas y a los vicios. Criticó el cierre de una sección con más de 300 muchachos que se estaban  adiestrando en la escuela Fabio A. Mota del populoso sector de Los Mina.    

“De repente hay una serie de planteamientos académicos rarísimos, la escuela folclórica, una de las cosas por las cuales más hemos luchado, no existe. De modo que los dominicanos no tenemos ahora mismo una entidad que les enseñe a bailar su danza”, indicó.

“El Estado debe estar abierto a resolver problemas sociales, no limitarse a tres niñas en zapatillas de punta, cuando esa no es la cultura de este país. Nuestro folclore es nuestra máxima representación, la danza popular y los jóvenes que trabajan en los hoteles turísticos que no son tomados en cuenta”, insistió.       

Patricia considera que no se le puede exigir ahora a muchachos que fueron escogidos para bailar folclor que se suban de puntas porque nunca lo van a hacer. 

En cuanto a las condiciones físicas del edificio de las escuelas de Bellas Artes, ubicado en la plaza del Conservatorio Nacional de Música, la ballerina estuvo de acuerdo con Velázquez, en el sentido de que nunca se le dio mantenimiento, algo que significó una constante lucha durante el cuatrenio pasado.

Recordó que esa edificación fue inaugurada por el presidente Leonel Fernández en su primer período de gobierno, sin terminar y con energía suplida por una planta eléctrica, un día antes de entregarle las riendas a Hipólito Mejía en agosto del 2000.