Patrimonio submarino

Patrimonio submarino

Hace diez y ocho años se publicó la primera edición de “Un ciclón en una botella”; la cubierta del libro está ilustrada con una garrafa rescatada en 1976 del naufragio de los galeones españoles “Nuestra Señora de Guadalupe” y “Conde de Tolosa”. Estas embarcaciones encallaron en la bahía de Samaná en 1724. La causa del naufragio fue un ciclón. Dichos navíos habían zarpado de Cádiz y se dirigían a Veracruz con un cargamento de mercurio. Entonces ese metal líquido era esencial para la explotación del oro y la plata. La botella se conserva en el Museo de las Atarazanas, bajo el control de una Comisión de Rescate Arqueológico Submarino.

Este botellón, que decora mi libro sobre la sociedad dominicana, no se sabe si contenía vino o aceite. Estuvo sumergido en agua salada durante dos siglos y medio. Forma parte del patrimonio arqueológico submarino de nuestro país; fue fotografiado por los arquitectos Pablo Bonnelly y Enrique García Pecci. Quiero decir que el patrimonio histórico de la isla de Santo Domingo no es solamente el que está sobre la tierra, en nuestras iglesias y edificios del siglo XVI, en la zona colonial de la ciudad Primada de América; también hay un valioso patrimonio histórico submarino y de él pueden extraerse recursos económicos para el Estado dominicano.

Ayer se publicó en los periódicos la noticia de que el responsable de esta columna ha sido designado Vice-ministro de Cultura, encargado de la división de Patrimonio Cultural. Nací en la calle Mercedes, frente a la iglesia del mismo nombre. Pasé mi infancia entre los muros de la “ciudad ovandina”. No tengo que decir que amo la ciudad vieja; en “A pleno pulmón” he reseñado procesiones religiosas tradicionales, viejas costumbres en camino de extinción; y dado cuenta de las “ocurrencias” de los locos más distinguidos de “la zona”.

Acepto complacido el nombramiento del Presidente Medina; y espero que el Ministro de Cultura, José Antonio Rodríguez, tenga confianza en un ex-habitante de las vetustas calles trazadas por el gobernador extremeño, fundador de Puerto Plata en el “otro extremo” de La Española. Ojalá que la riqueza del patrimonio submarino pueda servir para financiar el mantenimiento del patrimonio histórico-cultural terrestre. ¡Que Dios lo permita!

Publicaciones Relacionadas

Más leídas