Patriotismo musical

Patriotismo musical

Las mezclas de bebidas pueden ser sabrosas, explosivas o venenosas; todo depende de las dosis de cada ingrediente, de la forma de sazonar y batir los “cocteles”. El “bartender” pone hielo, clara de huevo, amargo de angostura, cáscaras de limón, rodajas de naranja. Hay “combinados” deliciosos que levantan el amor propio y mejoran “los desempeños”, laborales y sociales. Cuando era un niño oí decir que si te picaba una avispa o una abeja, la solución estaba en mezclar tres hojas de distintas plantas y estrujarlas en el lugar de la picadura. Los medicamentos son “cocteles”. Sólo que en este caso el “bartender” se llama boticario.

Las grandes firmas farmacéuticas mezclan varias sustancias y las convierten en pastillas, cápsulas, ampolletas, ungüentos. El químico, el boticario, el “bartender”, son responsables de que los resultados finales sean satisfactorios. No tengo que decir que el arte de la cocina es igual. Es el “chef” el responsable de que los guisos huelan bien y sepan mejor. Con los mismos ingredientes que usa el buen “chef”, el cocinero malo produce platos indeseables. Con los “componentes sociales” se requiere de habilidades distintas a las del cocinero, el boticario o el “bartender”. Los dominicanos somos un compendio de la “turbulencia hispánica”, la “indolencia indígena” y el “resentimiento de esclavos” maltratados durante siglos.

Para que con esos ingredientes históricos podamos fundar un orden social, un sistema político perdurable, una economía productiva, es necesario que nuestros líderes saquen el mayor provecho de cada uno de esos “insumos colectivos”. Habrá que convencer a muchos de que sus objetivos no deben ser alcanzados “a base de cajetazos”; espolear a otros para que abandonen la pasividad e indolencia en que transcurren sus vidas. Hamacas y mecedoras son enseres domésticos que estimulan la vagancia.

Durante demasiado tiempo hemos estado sumidos en la inútil pugna de blanquistas y negristas, de hispanistas y africanistas. Pero ahora, que nos toca afrontar los problemas internacionales resultantes de la inmigración haitiana, es buena ocasión para replantear estos problemas culturales que condicionan nuestro desarrollo institucional. La música del merengue es hispánica, taína y africana; debemos bailarla completa hasta el fin de nuestros días. Afirmar lo propio …es el primer paso para resolver todo lo demás.

 

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