Paul P. Harris

Paul P. Harris

POR ÁNGELA PEÑA
La calle Paul P. Harris, ubicada en el hoy Centro de los Héroes, fue bautizada con ese nombre el veinticinco de marzo de 1962, en homenaje al fundador de Rotary, la asociación internacional más antigua de clubes de servicio.

Al acto de inauguración de la vía asistieron miembros de todos los  clubes Rotario del país, encabezados por Joseph A. Abey, a la sazón presidente del Rotary Internacional, quien visitaba la República Dominicana en gira de buena voluntad.

Julio D. Postigo, rotario y entonces vicepresidente del Ayuntamiento, habló durante la ceremonia y le siguieron en el uso de la palabra los señores Arturo Damirón Ricart, pasado director del Club Rotario, y Aby, quienes exaltaron la figura del homenajeado, “un hombre sencillo, de grandes ideales”.

En la República Dominicana, el ideal de Harris se había hecho presente desde 1943 cuando Manuel Galigarcía, del Distrito Rotary de Cuba, fue enviado a Ciudad Trujillo  para expandir su labor de acercamiento universal. El veintitrés de febrero de ese año se inauguró el capítulo nacional en el Santo Domingo Country Club, con un acto protocolar al que asistió el peruano Fernando Carbajal, presidente de Rotary Internacional. Cuatro días más tarde fue firmada el acta constitutiva de la organización, entonces llamada Club Rotario de Ciudad Trujillo. Tras la caída del dictador, cambió a “Club Rotario de Santo Domingo”.

Andrés Pastoriza Valverde fue su primer presidente y Mauricio Álvarez el primer gobernador. A ellos se unieron reconocidos hombres de empresas y negocios, intelectuales y otras figuras influyentes de la sociedad de reconocida sensibilidad humanal y temperamento sociable. Como miembros, gobernadores, presidentes, creadores de clubes se inscribieron E. O. Garrido Puello, Ramón de Windt Lavandier, Antonio Armenteros, Luis Adolfo Cambiaso Lluberes, Enrique Marion Landais, Manuel Salvador Gautier, Juan J. García, César Dargam, Pedro Justo Carrión, José Martínez Conde, Rafael A. Ricart, Fernando Ricart, Riccio Schiffino, Alfredo Dalmau Rijo, Luis Miura Baralt, Anastasio Fajardo, Julio Genaro Campillo Pérez, Wenceslao Troncoso, Blas Pezzotti, Luis F. Thomén, Máximo Lovatón Pittaluga, Enrique de Marchena, Juan Rafael Santoni.

También Carlos Marranzini, Jaime S. De Marchena, Federico Carlos Álvarez, Camilo Suero Moquete, Francisco J. Álvarez, Carlos María Rojas Badía, José Rafael Santoni Calero, Juan J. Gassó Gassó, Armando Rosenberg de Moya, Juan Guilliani, José Francisco Tapia Brea, Rafael Sánchez Cabrera,  Sergio Bisonó, Federico Nina hijo, Antonio Guzmán, Francisco Michelli, Leonidas Heyaime, Manelik Gassó Pereyra, Moris Tallaj, Samuel de Moya y otros. El ingeniero Rudyard Montás Bazil es el actual gobernador del Distrito 4060 de la República Dominicana. Su ejercicio coincide con el año del centenario de Rotary.

Al iniciar sus labores, en 1943, el primer acuerdo del club, según crónica de la época, “fue designar como su Presidente de Honor al Generalísimo Doctor Rafael Leonidas Trujillo Molina, reconociendo en su ilustre persona al pionero del rotarismo dominicano”.

Harrys no visitó nunca el país. Pero en la distancia recibió de los dominicanos significativas distinciones. El veintisiete de abril de 1944 Trujillo le concedió la Condecoración de la Orden Heráldica de Cristóbal Colón en el Grado de Comendador y Andrés Pastoriza viajó a imponerle la insignia.  Además de la calle, en 1994 los rotarios del Santo Domingo Mirador le erigieron un busto en la avenida George Washington.

“Fue uno de los grandes visionarios de lo que debe ser la mancomunidad entre los hombres. Abogó por la amistad como ocasión de servicio. Ese es el motivo de nuestras reuniones, que son de compañerismo, para dar servicio a los demás”, expresó  Montás.

Agregó que la vía con el nombre de Paul Harris rinde homenaje a quien inspira el ejemplo “de que debemos alinearnos a favor de la lucha por la convivencia pacífica”. Entre los servicios realizados por los rotarios, Montás citó como su obra cumbre la erradicación del polio. Por eso fundaron el Centro de Rehabilitación. Donan becas, útiles escolares, facilitan operaciones de corazón abierto a la infancia, ayudan hospitales. “Lo nuestro es contribuir a la paz y la confraternidad mundiales. Somos la única organización no gubernamental que tiene asiento en las Naciones Unidas”, informó Rudyard Montás. En la actualidad existen sesenta y ocho clubes en Santo Domingo, en cuarenta comunidades que cuentan aproximadamente con mil 700 miembros.

PAUL P. HARRIS

Nació en Rocine, Washington, el diecinueve de abril de 1868, segundo de los hijos de George N. Harris y Cornelia Bryan. Desde los tres años vivió en Wallingford, Vermont, donde creció bajo el cuidado de sus abuelos paternos. Obtuvo el título de licenciado en leyes en la Universidad de Iowa, y el grado de doctor en leyes, Honoris Causa, en la Universidad de Vermont. Casó con Jean Thomson. No hubo descendientes.

Harris trabajó como periodista y profesor de un colegio comercial y se desempeñó además como vaquero y actor en una compañía de repertorio. Viajó extensamente por los Estados Unidos y Europa como vendedor de una firma de mármol y granito. En 1896 se radicó en Chicago para dedicarse al ejercicio de su profesión.

En cierta ocasión, mientras paseaba después de cenar con un colega en una zona residencial de Chicago, le llamó la atención que su amigo se detuviera en varios negocios para presentarle a los propietarios que eran amigos suyos. Esta experiencia le trajo a la mente el pueblo en que había pasado su niñez y su juventud en Nueva Inglaterra, e ideó organizar un club donde hombres de distintos negocios y profesiones pudieran reunirse en un ambiente de camaradería, sin restricciones de índole política o religiosa.

El veintitrés de febrero de 1905, Paul Harris formó el primer club, con Silvestre Schiele, comerciante en carbón; Hirano Shorey, sastre y Gustavo Oler, ingeniero en minas. “Este nuevo club al que Paul Harris dio el nombre de Rotay por el hecho de que las reuniones se celebraban por orden de rotación en las oficinas de cada uno de los socios, creció rapidamente. Casi todos los miembros oriundos de pequeñas ciudades encontraron en el Club Rotario una buena oportunidad para la camaradería. Al hacerse cargo de la presidencia del club en su tercer año de vida, Paul Harris tenía la seguridad de que Rotary podría convertirse en una importante organización de servicio a los demás. Con este idea en mente procuró lograr que se extendiera a otros lugares”. A partir de entonces, cientos de clubes rotarios se  fundaron en América, Europa, Asia, integradas por hombres humanitarios que promovían elevadas normas de ética y contribuían al desarrollo de la buena voluntad y la paz. 

DÍAS DE DUELO

Harris falleció el veintisiete de enero de 1947. Era presidente  emérito de Rotary Internacional que contaba ya con aproximadamente seis mil clubes unidos en el servicio a la humanidad. Tras su muerte, en el país se decretó duelo nacional. Los rotarios se reunieron en el Club de la Juventud y Luis F. Thomén, entonces presidente de la organización, dijo que con el deceso de Harris en su residencia de Comely Bank, en Chicago, “el rotarismo ha perdido su más insigne y perseverante paladín, aunque sobre la piedra angular de la institución que él fundara, continuará en pie, cada día más sólida, la columna de sociabilidad humana que plasmó con su espíritu imperecedero”.

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