Pausa navideña

Pausa navideña

VÍCTOR GULÍAS
La época de Navidad, en que los Cristianos celebramos el nacimiento del Niño Jesús, es propicia para hacer un alto en el atropellante diario vivir para unirnos en familia, en armonía con vecinos y amigos y disfrutar así, en paz y serenidad, de la más hermosa fecha del año. Azotados por la crisis y espantados por la criminalidad y la violencia, los dominicanos aveces perdemos de vista el verdadero sentido de la navidad y nos unimos en los excesos, comidas y alcohol, desperdiciando la oportunidad de relajarnos, compartir, reflexionar y meditar sobre el rumbo que llevamos y hacia dónde queremos encarrilar el tren de nuestras vidas.

Hace más de dos mil años con la llegada al mundo del Hijo de Dios hecho hombre, el Creador nos confirió la oportunidad de redimirnos del pecado, de ser mejores, de limpiar culpas, borrar manchas y crecer, crecer como seres humanos, crecer espiritualmente, dar la mano al necesitado, despojarnos de egoísmos envidia, rencores y recelos. Aprovechemos, pues, la Navidad, para cambiar hacia lo positivo.

Estos días de asueto, deben servirnos, además, para recargar energías, formular planes realistas y viables, revisar metas, logros y fallos y así recibir el nuevo año como un ser renovado, dinámico, lleno de luz y rodeando nuestra mente de pensamientos positivos que alejen de nosotros enfermedad, tristeza, tragedia, ruina y pesimismo.

La tregua a que llamamos año tras año, debe extenderse por los 365 días de cada calendario. Una tregua en las ambiciones desmedida,s en la violencia que nos azota, en la especulación y la carestía, en el odio y la venganza. Una tregua que nos convoque a todos a defender nuestra tierra, a preservar el medio ambiente, a proteger nuestros niños, a salvar el planeta.

Una tregua que ponga fin a la violencia de género, para que en el año que inicia no caiga nunca más una sola mujer víctima de las pasiones y la brutalidad. Una pausa de navidad que sea permanente, pausar y meditar sobre la intolerancia en las calles, sobre la altanería en el trabajo, sobre la corrupción que todo lo corroe.

En esta hermosa época de navidad, reconozcamos sin rubor los logros y medidas positivas de la administración, unámonos todos en torno a objetivos comunes como nación, como pueblo, como país, para vencer la miseria, derrotar la pobreza, salir del analfabetismo, de la insalubridad, del desempleo, de los viajes ilegales; para frenar la invasión de ilegales haitianos, en fin, para poner orden en el terruño y dentro de nosotros.

Que reflexionemos y reunifiquemos los partidos políticos, sostén de la democracia, que respaldemos nuestra Iglesia, por sus grandes aportes a los más necesitados, que brindemos amor a los demás, un saludo cálido al vecino, una sonrisa al conocido y a quien nos cruza al lado y no conocemos. Elevemos nuestra fe, creamos en el gran poder de Dios, seamos mejores ciudadanos y el país será mejor, seamos mejores seres humanos, y mejorará la humanidad.

Y demos un fuerte abrazo, un inmenso abrazo de feliz navidad a todos los dominicanos y dominicanas y a cada uno de nuestros semejantes en esta época del año y siempre. Felicidades a todos.

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