Entre las variables que más toma en cuenta el Banco Central para la movida de los tipos están la inflación interna, la inflación externa (sobre todo la de los Estados Unidos) y la correlación entre sus tipos y los de la Reserva Federal (para evitar un ensanchamiento de la brecha entre ambos, que desincentive la inversión extranjera).
En cuanto a la inflación interna, su comportamiento respalda una nueva reducción de los tipos en la reunión de política monetaria del presente mes. El Banco Central ha informado que la inflación interanual disminuyó de 3.29 % en septiembre a 3.16 % en octubre.
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Con relación a la inflación en Estados Unidos, se ha informado que el índice de precios al consumo (IPC) avanzó un 2,6% interanual en octubre, dos décimas más que en septiembre, pero no hubo sorpresa, estuvo en línea con lo que esperaban los analistas.
Aunque han asomado dudas sobre la posibilidad de que se produzca otra reducción de tipos en diciembre, de parte de la Reserva Federal, el hecho de que el comportamiento de los precios en octubre no haya causado sorpresas en el mercado deja la puerta abierta al recorte en diciembre si se toma en cuenta que el mercado laboral estadounidense sigue mostrando enfriamiento (se crearon solo 12,000 nóminas no agrícolas en octubre frente a 154,000 en septiembre y a una expectativa de 100,000) y de que la política monetaria sigue siendo restrictiva, pues pese a los recortes decretados, los tipos oficiales (de 50 puntos básicos en septiembre y de 25 básicos en noviembre) siguen notablemente por encima del 4%.
Antes de la reunión de política monetaria del BC en octubre, habíamos previsto la reducción de la tasa de interés de referencia, y se cumplió.
Las probabilidades eran entonces para nosotros de más de un 90%. Ahora, para la reunión de noviembre, prevemos que habrá otra reducción, pero las probabilidades han bajado a 51%, con un margen de error de entre 1% y 2%.
Todo dependerá de cuanta importancia dé el BC al compromiso de mantener abierta la llave para que por las venas de la economía fluya el oxígeno monetario al cierre de 2024 e inicios de 2025.