Pautas culturales en la comida en estratos pobres

Pautas culturales en la comida en estratos pobres

En la cultura popular la comida presenta pautas culturales distintas a los estratos medios. La mesa no necesariamente es el lugar de la comida, y su presencia en hogares de barrios urbano-marginales como en los campos alude a un símbolo de estatus social. Su uso se reduce al momento en que llegue una “visita”. 

La comida se sirve directamente de la paila o de la olla en el fogón o en la estufa. Se prefiere comer en la cocina (que en los campos está separada de la casa), en los patios o en los callejones. Las personas se sientan a comer utilizando la mano como apoyo del plato y no la mesa.

En muchos comunidades rurales y urbano-marginales se prefiere comer directamente de la olla o de la paila, pero el hábito está relegado al último/a que come en la casa. Esta persona tiene el privilegio de comerse el con-con con la habichuela o el guiso del salami, el picapica, spaguetti o el pollo en los pocos casos que aparece. La carne hace tiempo que no forma parte de la dieta  y ha sido sustituida por salami, picapica, pico y pala, huevos o simplemente se come arroz vacío.

El único cubierto que se emplea en la comida en los estratos pobres es la cuchara y muchas veces se utiliza la mano. Los pocos tenedores y cuchillos que existen están reservados para la visita. Igualmente ocurre con los platos llanos, se prefiere comer siempre en platos hondos aunque no se ingiera caldos.

La visita recibe grandes cantidades de comida aunque esto signifique disminuir sustancialmente las cantidades de las otras personas que componen  la familia.

A la visita se le da “lo mejor”. Esto significa que el “acompañe” le toca a la visita, (se entiende como acompañe, el salami, huevo, spaghetti, pico y pala o pollo en sus escasos momentos), y las otras personas comen su arroz vacío o con aguacate.

Las visitas en los estratos medios no siempre son de  agrado, sobre todo si no han avisado previamente. En este grupo social se supone que si se va como invitado/a se debe avisar o esperar a que se le invite a “la mesa”. La mesa en este caso contiene el sustrato cultural del “acto de comer”.

En la cultura popular no existe la invitación o la solicitud de permiso para comer. Se supone que cualquier persona que llegue a la casa siempre está invitada aún cuando llegue a la hora de la comida, una hora después o antes. Esto no significa un trastorno en la vida cotidiana ni en la distribución de los alimentos.  

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