El más conocido de estos tipos de pago online sin tarjeta es PayPal, una empresa estadounidense fundada por Peter Thiel y Elon Musk, entre otros.
Ésta actúa como un intermediario entre el comprador y el vendedor.
Para utilizar el sistema hay que registrarse y vincular una tarjeta de crédito, débito o una cuenta corriente a la cuenta de PayPal.
El vendedor deposita el dinero en la cuenta de PayPal del vendedor.
Y éste sólo conocerá el número de referencia de la operación que le facilitará la compañía, no los datos bancarios o el número de tarjeta del comprador.
Además, al contrario de lo que ocurre con otros sistemas de pago, si el comprador no recibe la mercancía o ésta no se ajusta a la descripción de la web, PayPal puede retener el importe de la compra hasta que se resuelva el conflicto.
Y si finalmente no se lleva a cabo la transacción, permite que el comprador recupere el dinero.
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Puede que PayPal sea la herramienta más popular de este tipo, aunque también está Google Wallet, creada por Google en 2011 y que desde 2013, tras la integración con Gmail, permite a los usuarios enviar dinero a través de archivos adjuntos de Gmail.
Y Amazon Payments, lanzado en 2007 pero que solo se puede usar en transacciones realizadas en la web de la compañía estadounidense.
Si la compra se realiza en eBay, tanto el comprador como el vendedor tendrán que someterse a sus reglas de juego.
La principal es que las operaciones comerciales que se inicien en el sitio web terminen allí mismo.
Esto es, si el vendedor ofrece completarla de forma privada fuera de ámbito de eBay, el comprador quedaría expuesto a fraudes y sin posibilidad de reclamar nada a la empresa.
Pero, por encima de esto, están las reglas básicas dictadas por el sentido común: asegurarse de qué se compra, a quién y cuánto deberían cobrar exactamente por ello.