Paz, armonía y fe en el porvenir

Paz, armonía y fe en el porvenir

Ha llegado el día de Nochebuena y como es tradición en el mundo cristiano, en la generalidad de las familias se degustará  cena especial, que habrá de ser tan suculenta o tan pobre como determinen las circunstancias. A pesar de ser una festividad religiosa, digna de solemnidad y sobriedad, son muchos los que saltan del disfrute comedido al exceso, se despojan de la cordura y pierden el control de sus actos. Exceso en el comer y el beber, conducción de vehículos con temeridad espantosa, violencia y otros comportamientos descompuestos se encargan de llevar a los hogares tristeza y luto.

Debería producirse en cada uno un cambio de actitud, una  ruptura con la inversión que hemos dado a los valores y principios de esta hermosa tradición. Nada perdemos con celebrar una Nochebuena en armonía, con la sobriedad atrapada en la razón, sin excesos de velocidad y alcohol, asumiendo la responsabilidad de respetar los derechos de los demás y las reglas de convivencia. Esas condiciones las necesitaremos siempre, y más en momentos en que la crisis global impide hacer pronósticos auspiciosos para el 2009. Por más que se quiera no reconocerlo, los excesos dejan siempre cicatrices en la carne y en el alma. Aprovechemos esta fecha para compartir en familia y forjar una coraza de fe que nos permita hacer lo  que justamente nos permita capear la tempestad.

Un buen paso en la era global

La adhesión del país al Convenio sobre la Eliminación del Requisito de la Legalización de Documentos Públicos Extranjeros, que de manera resumida se denomina Apostilla de la Haya, del 5 de octubre de 1961, es un paso trascendental en momentos en que la necesidad de acomodarse a la globalización comercial impone que la documentación oficial de los países sea internacionalmente confiable.

Esta adhesión le impone al país un compromiso de fidelidad en los documentos oficiales para que sean validados por este instrumento, de modo que merezcan el reconocimiento internacional, en particular entre los más de 80 estados que forman parte de ese acuerdo. La aspiración es que al sumarnos a este convenio, nuestras autoridades se esfuercen para darle a nuestra documentación oficial la credibilidad que debe garantizarle cada Estado a sus actos oficiales. Hemos dado un paso realmente trascendental.

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