CIUDAD DEL VATICANO (AFP).- Los obispos latinoamericanos manifestaron este jueves su preocupación en el Sínodo de Obispos que se celebra en el Vaticano por la realidad del continente, desde la necesidad de paz hasta la defensa del medio ambiente y la escasez de sacerdotes.

   Durante las intervenciones, iniciadas el lunes en presencia del Papa Benedicto XVI, quien suele asistir a casi todas las sesiones y entra con una carpeta bajo el brazo, obispos de Argentina, Colombia, Ecuador y México expresaron sus opiniones e inquietudes relacionados con la misión de la Iglesia en sus países.

   «La eucaristía es la respuesta a los signos negativos de la cultura contemporánea», aseguró el arzobispo colombiano de Cali, Juan Francisco Sarasti, quien citó los atentados terroristas de Nueva York, Madrid y Londres y el incremento de la cultura de la muerte como un señal de los tiempos modernos.

   El prelado colombiano pidió que se refuerce y se renueve el «rito de la paz» durante la celebración de la misa de manera que los católicos puedan reflexionar en forma más recogida sobre el mensaje de la paz, un tema clave en su país, afectado desde hace más de 30 años por un conflicto interno.

   Para el obispo guatemalteco Gabriel Peñate Rodríguez, su país está amenazado por la explotación minera y la falta de equilibrio ecológico.

   «Se han concedido muchas licencias a empresas de países desarrollados que no garantizan el cuidado del medio ambiente, que no respetan los derechos de las comunidades indígenas y que no respetan la justa distribución de las ganancias de las que apenas dejan el uno por ciento de regalías», afirmó Peñate.

   «La eucaristía (…) es también una respuesta a la preocupación del mundo contemporáneo por el equilibrio ecológico», comentó.

   Otro problema que los obispos latinoamericanos han señalado es el de la falta de sacerdotes en algunas zonas y aldeas perdidas donde los fieles no pueden comulgar.

   «Hay que hablar de los ministros extraordinarios para la comunión», propuso el obispo de Haití Pierre Antoine Paulo, al referirse a los laicos encargados de entregar la hostia consagrada a los fieles cuando no hay sacerdote.

   Una suerte de «paraliturgia» fue propuesta para esos casos y una buena parte de los obispos quiere indicaciones precisas y claras.

   Para el argentino José María Aranciba, arzobispo de Mendoza, hay que valorizar la asamblea dominical sin sacerdote, mientras que para el ecuatoriano José Mario Ruiz Navas, arzobispo de Portoviejo, hay que formar mejor a los católicos.

   «Hay que ahondar las raíces de la evangelización, antes de que el vendaval secularizador llegue a nuestros países», advirtió.

   Durante la asamblea de obispos, convocada bajo el lema «Eucaristía: fuente y cumbre de la vida y de la misión de la Iglesia», los llamados «padres sinodales», en total 252, pueden intervenir durante sólo seis minutos.

   Los portavoces de cinco grupos lingüísticos –italiano, inglés, español, francés y alemán– presentan luego un resumen a la prensa.

   Al término de cada jornada, los obispos celebran «debates libres», novedad introducida por primera vez por el Papa alemán para agilizar el encuentro, pero sus contenidos no serán divulgados para evitar toda polémica, respetando el estilo reservado y sobrio del nuevo pontífice.