Tras destacar que sus observadores debieron “afrontar múltiples y difíciles obstáculos para realizar su trabajo”, la organización cívica no partidista Participación Ciudadana presentó hoy su balance del Proceso Electoral 2012.

Francisco Álvarez, coordinador general de la entidad, dijo que a pesar de las vicisitudes, sus voluntarios “realizaron con extrema responsabilidad y precisión un trabajo valioso cuyo aporte a la democracia es innegable”. 

Destacó que tienen evidencias “suficientes para proclamar que el proceso previo a la votación resultó gravemente viciado”, que el día de la votación se evidenció un mercado de compra y venta de cédulas y votos, además de las intimidaciones y violaciones a los derechos humanos cometidas.

Dijo que tras una campaña electoral caracterizada por descalificaciones de ambos lados de las principales entidades políticas, la sociedad quedó dividida en dos mitades, por lo que se necesita de un pacto para el logro de una reforma política en procura del respeto de las instituciones y promover una nueva cultura que supere los vicios denunciados.

“El uso de encuestas claramente compradas por los dos principales partidos, con la finalidad de crear una falsa percepción que indujera al voto por el que aparecía como ganador, demostró falta de reglamentación al respecto”, fueron algunos de los aspectos criticados por la entidad.

También la participación del presidente de la República y amplios estamentos del Estado en la campaña y el uso de los programas del Plan Social de la Presidencia, de los Comedores Económicos, y los subsidios a electricidad y combustibles, cuyos precios fueron congelados, estuvieron destinados a sacar ventajas políticas ilegítimas,  en algunas ocasiones violando la ley, como en el caso de los combustibles, fueron elementos que se dieron el proceso.

Institucionalidad vulnerada. Dijo que en el proceso murieron tres personas y una docena resultó con heridas en Moca, Puerto Plata, Neyba, Higuey, Santo Domingo y Distrito Nacional, “pero la mayor víctima fue la libertad de conciencia al consolidarse, e incluso acrecentarse el clientelismo instaurado por los partidos mayoritarios como prácticamente la única forma de hacer política electoral”.

Manifestó que en el pasado proceso fue evidente la politización de los órganos electorales por parte del partido dominante, lo que al igual que en el pasado, se constituyó en elemento de incertidumbre, polémicas continuas, ceguera ante los procedimientos antidemocráticos y decisiones dictadas por la conveniencia partidaria.

“De esas fallas no quedó excluido el recién instituido Tribunal Superior Electoral, cuyo presidente se vio compelido  a salvar su prestigio con un voto disidente en la decisión que sacó del juego al Partido Nacional de Veteranos y Civiles que respaldaba la candidatura del Partido revolucionario Dominicano (PRD)”.