Peaje sombra, carretera Hato Mayor-Sabana de la Mar, clínica Haití

Peaje sombra, carretera Hato Mayor-Sabana de la Mar, clínica Haití

Hace bien el Presidente en revisar contrato de Autopista del Nordeste

Nos regocija reconocer que el presidente Luis Abinader lee, escucha y opina, sobre criterios expuestos por personas no ligadas directamente con su Gobierno, lo cual demuestra que estamos ante un mandatario sensato que escudriña las opiniones vertidas por los ciudadanos en diferentes medios de comunicación, escrita, radial o por redes sociales.

En nuestro caso, hemos escrito en este diario durante varios años, cinco artículos sobre el mal llamado peaje sombra, en el cual denunciábamos el carácter leonino de este contrato adjudicado a la compañía Autopista del Nordeste, en los cuales demostrábamos la irresponsabilidad de los firmantes en nombre del Estado dominicano.

  En el caso que nos ocupa, el ministro de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) de entonces, el ingeniero Miguel Vargas Maldonado, ratificado posteriormente por el ministro Víctor Díaz Rúa, sin que ninguna autoridad haya protestado por el derroche de los fondos del Estado, ascendentes hasta la fecha en 26,835 millones de dólares, lo cual, según el presidente Abinader, representa “el doble de su costo original, lo que significa que a concluir el pacto, habríamos pagado casi 6 veces su costo original, lo cual consideró, sencillamente inaceptable”.  Además, este año deberíamos pagar unos 7,000 millones de dólares por este concepto.

Este peaje sombra, como burla, los concesionarios colombianos, en lugar de reducirlo, lo incrementan sin motivo alguno.  En nuestras entregas, lo único que nos faltó sugerir para la adecuación del mismo, fue lo que hicieron los conductores de Santiago, Moca y La Vega con el peaje que se quiso instaurar en La Penda, en la Autopista Duarte. 

Simplemente en las protestas en las cuales hubo dos o tres muertos, decidieron que un camión tanque de combustible chocara con el mismo y lo destruyera, con la consecuente pérdida para el Estado de más de 80 millones de pesos.

Ahora bien, cuando un funcionario público no defiende los intereses patrios, debe ser investigado porque “algo huele mal en Dinamarca”.  Estamos seguros que si se hubiese establecido un arbitrio en consonancia con el ahorro de combustible, tiempo de rodamiento y lo más importante, seguridad vial, no se hubiese tenido que llegar a la revisión de esta abusiva tasa que perjudicó en gran escala, el turismo hacia Samaná. 

Los capitaleños preferían irse al Este (Romana, Bávaro, Punta Cana, Miches), en donde por un trayecto dos veces más extenso, en una verdadera autopista, y no una carretera de dos carriles, pagan tres veces menos.  Albricias señor Presidente, Samaná y los usuarios se lo agradecen de todo corazón.

Sobre la carretera Hato Mayor-Sabana de la Mar, escribimos también cuatro entregas y en la última, el ministro de Obras Públicas, a la sazón, Víctor Díaz Rúa, nos envió el presupuesto y las condiciones que quedaría dicha importante vía.  Los habitantes de Sabana de la Mar quedaron tan agradecidos, que hasta me invitaron a participar el día de la puesta en circulación. 

Desgraciadamente, el ministro Díaz Rúa fue relevado y permaneció en el cargo después de ese ofrecimiento, “lo que dura una cucaracha en un gallinero”.  Mala suerte para los sabanalamarinos y ojalá que esta vez será la vencida, ya que esa pujante región merece ser reconocida por su tesón y laboriosidad.

Otro anhelo de la región, es la construcción del puerto que permitirá que el futuro ferry que transportará vehículos hacia Samaná, sea una palpable realidad.  De ese modo, los turistas que se encuentran en el Este, no tendrán que dar esa enorme vuelta para llegar directamente a la capital de la bahía.

El presidente Abinader mencionó la construcción de un dispensario de salud en Juana Méndez para evitar que las parturientas haitianas ocupen las facilidades en República Dominicana.  Nosotros, en enero del pasado año, escribimos una tercera entrega sobre ese tema, en la cual sugeríamos la construcción de tres centros de maternidad en el lado haitiano; Ouanaminthe (Juana Méndez) en el norte; Malpasse en el centro y Anse-à-Pitre en el sur, así quedaría cubierta la línea fronteriza.

La construcción de estas modestas facilidades para parturientas haitianas en su territorio, evitarían los problemas de jus soli que alegan las haitianas cuando los infantes nacen en territorio dominicano.   Además, como son tan prolíferas, según estadísticas ocupan casi un cuarenta y cinco por ciento de las camas habilitadas para parturientas en las diferentes maternidades del país. 

Así, los ginecólogos dominicanos se evitan tener que asistir a madres con problemas de salubridad a veces con problemas vaginales que dificultan los partos.  Creemos que como dice el proverbio chino, para caminar mil kilómetros hay que dar un primer paso. 

Esta policlínica de Juana Méndez, sería el primer paso, lo cual contribuirá a quitar presión a los hospitales dominicanos.  Y nos preguntamos: ¿Por qué los EE. UU., Canadá, Francia y los Soros, Clinton, Gates o cualquier otro buen samaritano no ejecutan esa obra de caridad? 

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