Doña Abigail Mejía vivió en la Ciudad Colonial de Santo Domingo, en la calle Salomé Ureña. Ella fue pionera en el campo del feminismo en la RD. En esa misma calle, en la casa de los Mendoza, vivió también doña Tatá Benliza, una mujer vestida siempre de gris y violeta, de andar elegante y rítmico; usaba sombreros de la época de Alfonso XII. Era conocida por su amistad con Gastón Deligne, poeta con el cual, según se decía, mantuvo correspondencia sobre asuntos artísticos, tales como las formas estróficas y la versificación en la poesía de Rubén Darío. Doña Abigail, como todos saben, escribió una historia de la literatura dominicana y dirigió el Museo Nacional.

Narradora, educadora, crítica literaria, graduada de maestra de segunda enseñanza en Barcelona, doña Abigail murió en 1941. Cuando yo era niño sólo existía su recuerdo. Publicó observaciones sobre los museos del Prado, Louvre y Vaticano. De ella únicamente llegué a ver fotografías; vestía ropa gris de mangas largas, con pocos adornos. Formaba parte de la historia de ese pedazo de la ciudad. A doña Tatá Benliza sí la conocí; en ocasiones la ayudé a cruzar la calle El Conde, por donde transitaban vehículos en aquella época. Los muchachos la trataban con respeto, aunque se burlaban de sus sombreros con flores colgantes.
La calle Salomé Ureña hace esquina con la 19 de Marzo. Ahí hay una casa que tuvo una tarja que decía: “Aquí vivió y floreció Salomé Ureña de Henríquez”. En la calle 19 de Marzo, a poca distancia de la calle El Conde, otra leyenda en la pared indicaba que en esa vivienda había nacido José Gabriel García, padre de la historiografía dominicana. Un poco más abajo estaba la casona donde nació don Emiliano Tejera.
Don Emiliano Tejera es el autor de dos trabajos importantes: “Los restos de Colón en Santo Domingo” y “Los dos restos de Cristóbal Colón, exhumados en la Catedral de Santo Domingo en 1795 y 1877”. Escribió también sobre el alcázar del virrey Diego Colón, acerca del palacio de los gobernadores y capitanes generales; compuso un diccionario de palabras indígenas. Para la promoción en grande del turismo en la RD necesitaremos a don Emiliano Tejera.