Pedernales, pobreza, y otras “pe”

Pedernales, pobreza, y otras “pe”

POR  DOMINGO ABRÉU COLLADO 
Que los habitantes de Pedernales «sobreviven por la gracia de Dios»; que «carecen de agua potable, energía eléctrica, educación y salud»; que el desempleo es tal que «el 90% de la población hace malabares para subsistir»; que «de 20 mil habitantes sólo están empleados 800»; que «el consumo y tráfico de drogas arropa la población» (o sea a los 20 mil habitantes); que «la mayoría de la gente vive de la agricultura y de la pesca»; que «los precios de pescados y mariscos están por el suelo, pero que las empresas (imaginamos que las empresas turísticas) prefieren importarlos de otros países»; y que «esperan que Dios haga un milagro haciendo florecer el turismo con la explotación de Bahía de las Aguilas».

¿Si la gente de Pedernales carece de agua potable, electricidad, educación y salud, ¿qué han estado haciendo todos esos senadores, diputados, síndicos y otros funcionarios durante todos estos años en que ellos sí han estado viviendo con los más altos niveles de vida? ¿Para qué cobran todo lo que cobran, y que todo el mundo sabe cómo lo cobran? Y si los pedernalenses no tienen ninguno de esos servicios, ¿qué diablos están haciendo ahí que no han cerrado ese pueblo y se han largado para otras provincias?

¿No creen los pedernalenses que es echarle tremenda canana a Dios decir que él los tiene pasando tantas penurias? Porque resultaría que están hablando entonces de un Dios definitivamente incapaz para resolverle problemas a nadie, y  menos a la gente de Pedernales, y del que solamente esperan ahora que haga un milagro y se meta a empresario turístico atiborrando de turistas la Bahía de las Aguilas.

¿Qué el 90 % está desempleado, pero qué el tráfico y consumo de drogas arropa la población? ¡Ah!, están desempleados, pero tienen para drogarse, y en un vicio en cuyo negocio y consumo está toda la población.

Se dice que la mayoría de la gente vive de la agricultura de conucos y la pesca, muy bien. Si a eso sumamos 800 empleados públicos y privados, y calculamos un empleo por familia de cinco miembros, tendríamos unos 4 mil habitantes beneficiados, más la mayoría viviendo de la agricultura y la pesca.

Por otro lado, si los precios de pescados y mariscos están por el suelo eso significa que pueden ser adquiridos con facilidad por la población, por lo barato que están. Lo que significa también que la alimentación es barata, con productos sanos, frescos y pagados a los mismos productores de Perdernales. Lo que no entendemos es que cómo es posible que estando tan baratos los pescados y mariscos, las empresas dizque decidan importar los mismos productos naturalmente de otros países.

Lo que se ve es que ha habido todo un montaje para concluir en que lo único que resolvería tal «hambruna» y olvido de Dios en Pedernales es que llenen de hoteles a Bahía de las Aguilas, donde, supuestamente, se crearían «miles de empleos».

El mejor arte del mundo

Los antiguos griegos sabían que el futuro estaría plagado de destructores más que de creadores. Por eso esculpieron tantas estatuas y bustos en el mármol más duro que encontraron. Igualmente, dieron forma a columnas y frisos con calizas y mármoles como para que vivieran eternamente.

Los artistas de la edad media y el Renacimiento se ocuparon más de la pintura, porque no había manera de andar con columnas de mármol bajo el brazo vendiéndolas de puerta en puerta para sobrevivir. Pero, a diferencia de los griegos, no resolvieron el problema de la deleznabilidad de su producto pictórico. Por eso sus pinturas se conservan en los museos especializados con cinco mil maneras de protección para que no se dañen.

Pero todo eso ha sido superado en la República Dominicana siguiendo la escuela haitiana. Una corriente pictórica superduradera ha crecido en la isla, y ya cuenta con galerías de arte a cielo abierto (y campo abierto, carretera abierta, corazón abierto, ojo abierto y todo abierto), en la Capital, La Romana, Puerto Plata, Santiago, Sosua, Higüey y cualquier ciudad turística donde llegan los «amantes» de la pintura.

Los grandes y eximios pintores griegos, romanos, holandeses, alemanes, españoles han resultado menos que «chivitos jartos de jobos» frente a los pintores haitianos y dominicanos que producen una obra de arte que ha demostrado ser de la mejor calidad a nivel mundial… bueno, calidad en duración, resistencia al sol, a la lluvia, al salitre, a la arena, a las olas marinas, a los rayos, a los terremotos y a los huracanes.

Esta es una pintura que usted puede doblarla en veinte y ponérsela en un bolsillo, coger un avión hasta China (con todas sus escalas), y al llegar desdoblarla y mostrarla a sus amigos –si usted tiene amigos en China- como si la hubiera comprado tres minutos antes. Si usted quiere enviar una pintura de éstas de contrabando puede doblarla y meterla en una lata de salsa de tomate, entreverarla en un racimo de plátano, sumergirla en una lata de piña colada, confundirla en un embarque de aguacates, y la pintura llegará como si hubiera sido enviada en un cofre de bronce y cubierta por las más exigentes pólizas de seguro… y las galerías ya están en todas las carreteras.

Se quilló Hubieres

Juan Hubieres, presidente de Fenatrano, se enojó muchísimo con esta sesión,  confundiéndola con cargas de «malignidad», «resentimiento», etc., etc.

El asunto –para los que llevan anotaciones – es que el área ocupada por guaguas que dicen FENATRANO, es un área protegida por  el decreto No. 381-92, «del 31 de diciembre del 1992, que declara de utilidad pública, las franjas de terrenos de 150 metros de ancho a ambos lados del eje longitudinal de los farallones del llano costero sud-oriental, a partir del borde este de la Base Aérea de San Isidro con el Mar Caribe». Y para cantar más claro, el decreto No. 837-03, «del 25 de agosto del 2003, que declara de utilidad pública, las franjas de terrenos de hasta 150 metros de ancho a ambos lados de los dos ejes longitudinales de los farallones del llano costero sud-oriental del Municipio Santo Domingo Este, de la Provincia Santo Domingo, a partir del borde Este de la Base Aérea de San Isidro  con el Mar Caribe hasta la intersección con el tramo carretero que une la Autovía del Este con la Carretera Mella».

Y otro decreto, el 1214-04, donde «se ordena al Consejo Nacional de Asuntos Urbanos (CONAU), elaborar un Plan de Manejo para el uso del espacio ocupado por los farallones del llano costero sud-oriental en el tramo comprendido entre el Monumento a Duarte en la autopista Las Américas y la intersección de éstos con el tramo carretero que une la Autovía del Este con la Carretera Mella».

Los autobuses que estan invadiendo dicho área protegida no serán de Juan Hubieres, pero son de un sindicato orientado por Fenatrano, cuyo presidente es Juan Hubieres. Fenatrano puede estar integrado por pequeños o grandes propietarios, pero ésta supone ser una organización que orienta a sus afiliados al respeto de la ley. Si el Ayuntamiento de Santo Domingo Este les alquiló el área tendrán que buscar su dinero de vuelta, porque esa área no le pertenece a ese ayuntamiento.

El que vino a pie desde Dajabón

Por una carretera a veces ardiendo y otras veces mojada, se tiró más de 300 kilómetros a pie quien llaman ahora «El Peregrino», y cuyo nombre real es Angel Ramón Patricio Sosa. Cargando una cruz y varios propósitos, «El Peregrino» se presentó al Palacio Nacional, en Santo Domingo, acompañado de un grupo de gente entre los cuales estaban algunos buscando cámara, porque se saben al dedillo el manual aquel de «100 formas de hacerse notar si algo se logra para la causa personal».

El tipo no lo pasó peor gracias a la carretera. Porque si hubiera tenido que coger atravesando montes todavía no hubiera llegado a Santiago. Igualmente, tampoco se encontró la oposición de los centuriones que en una ocasión lo habían despojado de una cruz anterior y casi lo ahorcan, aparte de lamentarse (los centuriones) de no tener a mano espinas para hacerle una corona, y un buen látigo de cuero y tachuelas para ponerlo a contar foetazos.

La cosa es que el tipo, «el peregrino», cumplió con su propósito de cargar una cruz, caminar a pie los más de 300 kilómetros, levantar prensa y llegar al Palacio Nacional. Le faltó ver a Leonel, conseguir la promesa formal para la construcción de las carreteras Dajabón-Loma de Cabrera y Santiago de la Cruz-El Pino, y confirmar algún proyecto de construcción escolar o deportivo para su pueblo.

Ahora. Imagínense que al Peregrino le cumplan aunque sea con una de las carreteras. ¿Cuántas personas agarrarían entonces una cruz para irse al Palacio Nacional a pedir obras, empleos, donaciones, pensiones y «asesorías»? Veríamos filas interminables de peregrinos en las carreteras.

La divisa desde arriba fue: «Que Leonel no lo reciba, que esto se vuelve un Calvario».

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