Altagracia Ortiz 
El pediatra y endocrinólogo Antonio Selman consideró que las autoridades gubernamentales y municipales no deben demorar más el cierre del vertedero de Duquesa porque los incendios que ahí se producen tienen efectos altamente nocivos en la población, sobre todo en los niños.
El especialista explicó que de esos fuegos, como el que se registra desde la semana pasada, emanan dioxinos y furanos, sustancias que tienen un alto grado de toxicidad y que dejan en el organismo secuelas agudas y crónicas.
“La exposición breve del ser humano a altas concentraciones de dioxinas puede causar lesiones cutáneas, tales como acné clórico y manchas oscuras, así como alteraciones funcionales hepáticas.
“La exposición prolongada se ha relacionado con alteraciones inmunitarias, del sistema nervioso en desarrollo en embriones antes del tercer trimestre de embarazo, del sistema endocrino, y de la función reproductora”, explicó el doctor Selman.
Es evidente, manifestó, que la ciudad de Santo Domingo enfrenta una contaminación tóxica de alta peligrosidad.
Asimismo expresó que la solución a los problemas ambientales que genera ese vertedero debe buscarse de manera responsable, ya que en estos momentos el país está afectado por la pandemia del coronavirus.
“Las dioxinas constituyen un grupo de compuestos químicos que son contaminantes ambientales persistentes.
“Como están omnipresentes, todos tenemos una exposición de fondo y una cierta concentración de dioxinas en el organismo: la llamada carga corporal. No obstante, debido al gran potencial tóxico de esta clase de compuestos, son necesarias medidas para reducir la exposición de fondo actual”, destacó el especialista en pediatría.
En ese contexto expresó que, el caso Duquesa, es una exposición de fondo actual, elevando por muchos lo niveles aceptables de estos productos en la carga humana.
“Imaginemos en las condiciones de pandemia que nos encontramos frente al Covid-19, y que además de esto, nos vemos afectados por la crisis de una contaminación tóxica para la salud de los niños, las embarazadas y todos los que han recibido las altas cargas de esas sustancias”.
