Pedro De León, consagrado a su taller

Pedro De León, consagrado a su taller

Amanece y el día corre con sus propios afanes: tallar la madera y esculpir una figura no tiene nada de monótono en la vida de Pedro De León. Así pasa el día y los días, en su taller, aparentemente sin respiro y con mucho trabajo, pero satisfecho con lo que logra esculpir en la madera.

Si tuviera que elegir la escultura que más le gusta, no sabría que decir. De igual modo, acoge sus trabajos abstractos, las maternidades, las mujeres o la gran variedad de animales que suele esculpir; pero sin lugar a dudas, que por las palomas mantiene un cariño especial.

Y al referirse a ello, las palabras fluyen en sus labios, y habla de su maestro, Prats Ventós, de los muchos años que recuerda a su lado, con el que aprendió lo que sabe y al que le debe más que agradecimiento.

De él, recuerda sus palomas, y entendemos el porqué de su pasión por ellas. Esculpiéndolas, rinde homenaje a su inolvidable guía y maestro, y toma conciencia de los años que ya lleva creando sus propias esculturas.

Hoy, Pedro De León cuenta con su taller en San Cristóbal, y cada día se afianza más como escultor. Sus obras ya no son solamente palomas como al principio, sino también abstractos, maternidades, cotorras, búhos y ovejas, entre otras.

Al referirse a los 18 años que lleva trabajando con la caoba, agradece primero a Dios y luego a Prats Ventós, porque cada vez que talla un pedazo de madera descubre todo lo puede crear, al tiempo que hoy puede decir que se dedica a la escultura.

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