E n mi última columna escribí que abucheos no tumban peloteros en referencia al ataque de los fanáticos de mi equipo, los Yankees de Nueva York.
Dije que ellos tienen derecho a criticar. Y Soto a ignorarlos y jugar.
Parece que a los Yankees, mi equipo, le dolió mucho su partida.
Mi punto es que respeto a esos fanáticos que critican, ellos pagan para entrar al play, pero apoyo a Soto todo el tiempo.
Ayer, Pedro Martínez, miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, habló claro y con conocimiento de causa.
Pedro llamó a entender que Soto es humano.
Que necesita tiempo para ajustarse a su nuevo equipo.
Pedro dijo que vivió esa experiencia y que eso toma tiempo.
Y dijo algo relevante: Soto solo tiene 26 años, es un muchacho.
¿Qué debe hacer Soto?
Verse en el espejo de Rafael Devers.
Lesionado y sin batear, se le armó un lío y se habló hasta de cambiarlo.
Comenzó a batear, en mayo está tronando, y ya nadie habla de problemas.
A Soto que se faje a batear y la tormenta pasará muy pronto.