[b]Señor director:[/b]

Gracias a Dios trascendimos los límites del año 2003; él contribuyó con muchas dificultades en todos los aspectos de la vida social y económica. En algunos casos para bien o desgraciadamente para mal, como fue en la mayoría de las veces.

Debemos hay que ser justos y reconocer los triunfos obtenidos en las diferentes disciplinas deportivas, en las que logramos 41 medallas en los pasados XIV Juegos Panamericanos, logradas por los y las estelares atletas dominicanos y dominicanas, Juana Arrendel, Wanda Rijo, Félix Sánchez así como a todas las integrantes del seleccionado de voleibol quienes hicieron un papel digno de elogios, por la calidad de nuestras jugadoras, como por la calidad de sus rivales o las grandes hazañas de nuestros astros en Las Grandes Ligas, donde como ya es una costumbre se resalto la labor de Alex Rodríguez ganador del premio al Jugador Más Valioso de la Liga Americana.

Y este es el mejor ejemplo que pueden dar nuestros atletas, a la clase política nacional, quienes por intereses particulares han contribuido con el desplome de la economía, con el consiguiente descalabro de la clase media, y la división entre los dirigentes de los principales partidos políticos, lo que se traduce en desasosiego en la población.

Es tiempo, de aunar esfuerzos en la conquista de la transformación de los problemas que están afrontando la gente en todos los sectores y en todos los ordenes.

En estos días se ha estado hablando de la salida del Padre Rogelio del país, debido a su incursión en la solución de los problemas del sector de Cristo Rey, donde es de todo conocido, la buena labor que viene desarrollando en la parroquia que dirige muy dignamente.

Lo que al parecer molesta, a personas que no comparten la popularidad vertiginosa como ha ascendido este humilde pero valiente sacerdote, quien con su estilo logra transformar la calidad en el desarrollo de esa zona de Santo Domingo Norte, donde goza de gran aprecio de toda la ciudadanía.

Al contrario de destituir a Rogelio, lo deben ascender en su posición sacerdotal, y se deben buscar más hombres y mujeres con sotana o sin ella, para que contribuyan a disminuir la miseria por la que atraviesa este pobre pueblo, que no tiene quien le salvaguarde de la indiferencia generalizada que afecta a las personas e instituciones, que se hacen de la vista gorda ante tantas dificultades.

Hay que hacer un consenso, no para debatir aumentos de sueldos de legisladores o para que los lideres políticos se pongan de acuerdo para mejorar las condiciones de vida particulares o de sus partidos, olvidando las grandes mayorías.

A nuestro entender, con un esfuerzo colectivo, especialmente de los sectores más pudientes, unidos a las instituciones de la sociedad civil, que se precien de responsable, lograremos hacer de esta tierra un mejor país, con ciudadanos capaces de suplir sus necesidades y las de sus familias, lo que da como resultado el progreso de la nación.

Que el Todopoderoso ilumine las mentes de tanta gente que necesita de su amor, y así juntos echaremos hacia adelante este pedazo de tierra dotado de todas las condiciones para un país prospero, lleno de dicha y comprensión.

Echemos a un lado el odio, rencor, mentira, la violencia, y sobre todo la corrupción generalizada que debilitando esta frágil democracia que al menos nos permite pensar, para buscar solución a esta situación de calamidad que nos mantiene arropados.

Si todos tratamos de dejar los intereses mezquinos de ambición desmedida, podremos superarnos primero como personas y luego como nación. Si de verdad la queremos, no lo dejemos perder, no lo dejemos j…. a ver si Dios nos ayuda a ganar la batalla, a los indiferentes del sufrimiento ajeno.