Pedro Gil Iturbides – ¡Se salvaron las juntas de vecinos!

Pedro Gil Iturbides – ¡Se salvaron las juntas de vecinos!

El Presidente Hipólito Mejía anunció que el Presupuesto de Ingresos y Ley de Gastos Públicos del año entrante incluirá una novedad: dinero para las juntas de vecinos. El anuncio tiene que preocuparnos a todos, salvo a quienes, con viveza, lograron colar esta iniciativa hasta el mandatario.

Porque de gastos corrientes se encuentra el gasto público hasta la coronilla, y éste, en particular, carece de justificación. El propio Mejía al hacer el anuncio, dijo que existen organizaciones sin fines de lucro que desvían las transferencias corrientes que reciben hacia finalidades inescrutables.

¿Quién asegura que no ocurrirá lo mismo con las Juntas de Vecinos? Pero existen consideraciones adicionales que el Gobierno Dominicano debe ponderar.

Una Junta de Vecinos se constituye por la reunión de los residentes en un sector determinado. Puede ser un barrio, ensanche o urbanización conforme denominen esa porción territorial en el que los habitantes asumen la decisión de «juntarse». Carácter de Junta de Vecinos asumen también las asociaciones de condómines, es decir, de los que viven en un condominio.

Unos y otros se unen para cumplir objetivos comunes.

Entre éstos figuran atender al ornato, establecer vigilancia o pintar áreas comunes. ¿Por qué tiene el Estado Dominicano que otorgar recursos públicos para que las Juntas de Vecinos pinten, por ejemplo, la garita de sus serenos?

Muchas de las responsabilidades asumidas por las Juntas de Vecinos son propias de los gobiernos locales y central. Pero la incapacidad de éstos para responder a los requerimientos de la población los obliga a crear instituciones como las Juntas de Vecinos. Pero estas organizaciones cumplen además, un interés localista, si bien es cierto que porque no lo hacen los gobiernos locales y central.

Rossy, mi mujer, es tesorera de la Junta de Vecinos del sector en que vivimos. En diciembre mandó pintar la garita de los vigilantes y el portón en que los vecinos depositamos la basura. Cada residente paga una cuota para aplicar a éstos y otros trabajos, como el cambio de una bombilla en los postes interiores. También se recorta la hierba en las áreas comunes, se adquieren matas y abono para las mismas, para el parque cercano. Se cubre la mensualidad de un teléfono situado en la garita, y que sirve para intercomunicación con los vigilantes.

Yo se que mi mujer estaría feliz si la llaman un día desde la Oficina Nacional de Presupuesto para decirle que a partir de enero le otorgarán diez mil pesos mensuales a la Junta. Pero, ¿muchos diez mil pesos, de muchas Juntas de Vecinos en todo el país, no restarán capacidad al gobierno central para cubrir sus obligaciones con el desayuno escolar? ¿O muchas sumas similares no son necesarias en los hospitales para comprar gasa o yeso?

Rossy sentiría un agradecimiento enorme, pues ganaría el tiempo que invierte convenciendo a los vecinos que cubran sus cuotas. En general estos son buenos pagadores, pero una que otra vez alguno se atrasa y mi mujer tiene que dedicarle tiempo, pues los ingresos se corresponden con los egresos. El resultado son angustias y noches de insomnio para una mujer que, como la mía, no entiende eso de incumplir obligaciones financieras.

Pero yo discrepo de la inserción de apropiaciones en la Ley de Gastos Públicos para atender obligaciones privadas. Es verdad que algunas de éstas fueron responsabilidad pública alguna vez, cuales son la seguridad ciudadana o el ornato. Sin embargo, ¿por qué ha de cargar el Estado Dominicano con la pintura de la garita del sector donde vivo? ¿Por qué cargar al contribuyente el cambio de una luminaria en el patio interior de un residencial, u otros asuntos que emprenden barrios y que son iniciativa de la vecindad? ¡Inconcebible!

Con frecuencia leemos que en los hospitales falta apoyo para determinados servicios. No pocas veces obras sociales como orfanatos, rehabilitación y otras, han gritado porque tienen meses sin recibir los subsidios. Existen obras de infraestructura paralizadas porque los organismos a cargo de las mismas únicamente reciben los cheques del personal y otros recursos como gasolina, teléfonos y otros. Y tenemos que aprovechar períodos de gracia para manejar el servicio de deuda pública externa.

¿Por qué no cumplir obligaciones financieras, operativas y de inversión reales, antes de crear estas otras que en nada benefician a los dominicanos?

Bueno es que se olvide esta iniciativa, que debe quedar como otra de las muchas promesas de campaña, que se hacen y no se cumplen.

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