Pedro Henríquez Ureña y Juan Bosch: dos grandes humanistas

Pedro Henríquez Ureña y Juan Bosch: dos grandes humanistas

-III-
Además de sus importantes aportes a la lengua española, especialmente en el cuento, con una obra fundacional en ese género, que incluye sus celebrados Apuntes sobre el arte de escribir cuentos, a Juan Bosch (1909-2001) le correspondió desarrollar en los campos político, histórico, sociológico y ético, dada su capacidad y visión como estadista, organizador de partidos y conductor de movimientos organizados y de masas, significativos estudios y definiciones sobre las clases sociales de la República Dominicana, con aplicación en otros países del Tercer Mundo, así como la explicación del rol de la región del Caribe en el contexto de la geopolítica mundial, como escenario y frontera durante cinco siglos de los imperios que se han impuesto en la zona, desde la conquista del Nuevo Mundo hasta nuestros días.

A esto se suman, entre otros, planteamientos como sus clasificaciones de la pequeña burguesía, la no existencia del feudalismo en América, así como su temprana tesis sobre el pentagonismo, en la que describe y analiza cómo el poder militar de los Estados Unidos ha llegado a reemplazar el viejo concepto clásico del imperialismo, pasando a ocupar un papel central en la conducción de la política exterior de ese país, llevada a niveles insospechados con la doctrina de la guerra preventiva expuesta por el presidente George W. Bush, tras los sucesos del 11 de septiembre de 2001.

Del mismo modo, Pedro Henríquez Ureña (1884-1946), como humanista, filólogo, crítico literario e historiador de la cultura hispanoamericana, así como en su condición de especialista de la dialectología hispánica, tuvo la misión de establecer los rasgos y características del español de América, distribuido en regiones, desde la perspectiva de lo hispano y las culturas que han incidido en la conformación de identidades en los distintos espacios del continente.

Esta es su propuesta de deslinde regional: Una zona mexicana, desde México a Centroamérica, con excepción de Panamá; una caribeña, que incluye Veracruz, las Antillas, Venezuela, la Costa de Colombia y Panamá; otra andina; una rioplatense (Argentina, Paraguay y Uruguay), y una chilena.
Curiosamente, esta descripción regional dialectal tiene alguna relación con las áreas que Bosch había escogido para escribir las historias sobre España y los países de América Latina. Pretendía comenzar con

España, seguida de estos países: México y Centroamérica; América del Sur, con excepción de Brasil; una de Brasil; lo referido a las Antillas mayores y menores, figura en su obra De Cristóbal Colón a Fidel Castro, El Caribe, frontera imperial, calificada de monumental por Gabriel García Márquez.

A través de la Biblioteca de Dialectología Hispanoamericana, dirigida por el lingüista y crítico español Amado Alonso, en el Instituto de Filología, adscrito a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, Henríquez Ureña llegó a elaborar varios trabajos, además de los que publicó por otras vías. Son las siguientes obras:

Observaciones sobre el español en América (1921), El supuesto andalucismo de América (1927), Sobre el problema del andalucismo dialectal en América (1932), El español en México, los Estados Unidos y la América Central (por varios autores, con anotaciones y estudios de PHU, 1938) y El español en Santo Domingo (1940).

Sobre este último libro, Bosch afirmó que “(…) cuando reputo como un trabajo modelo El español en Santo Domingo y lo propongo para que sea imitado en cada uno de los países de Nuestra América, lo hago no porque esté pidiendo que se repita lo que dijo su autor, sino para que las generaciones venideras de nuestros países tengan a su alcance una fotografía instantánea de lo que era la lengua de sus pueblos en un momento dado de su historia, pero además para que los llamados a tomar esa instantánea conozcan el método que un gran maestro aplicó al estudiar esa misma lengua, a mitad de la tercera década del siglo XX(…)”.

Estas afirmaciones las externó el profesor Juan Bosch en el VII Congreso Internacional de la Asociación de Lingüística y Filología de América Latina, celebrado en la República Dominicana, en septiembre de 1984, en ocasión del centenario de Pedro Henríquez Ureña.
El hijo de Salomé Ureña y Francisco Henríquez y Carvajal, además de ser un destacado maestro en las diversas áreas del conocimiento de las que se ocupó, también extendió su magisterio a la filología; independientemente de sus intricados caminos se propuso exponer las investigaciones en ese campo de una forma clara y precisa, situándola en su correspondiente contexto histórico y social.

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