Hoy 
POR CLARA SILVESTRE
Durante la IX Feria Internacional del Libro, la Secretaría de Estado de Cultura, a través de la Dirección General del Libro y la Lectura, ofreció un lugar especial para conversar y resaltar la vida y obra de Pedro Henríquez Ureña, en ocasión de conmemorarse el 60 aniversario de su fallecimiento.
El interés principal se centraba en que los jóvenes de hoy conozcan sobre sus aportes a la cultura nacional. En tal sentido, en el stand dispuesto para tales fines, se ambientó la casa donde residió en su infancia el humanista.
Un aporte importante constituyó el establecimiento de la Cátedra Extra Curricular Pedro Henríquez Ureña, la cual se desarrollará tanto en universidades del país como del extranjero, entre las que figuran la Universidad Autónoma de Santo Domingo, la Universidad de Minnesota, de La Plata y México.
Por otro lado, la reedición de la obra Pedro Henríquez Ureña y la Argentina de Pedro Luis Barcia, la creación de la Orden Pedro Henríquez Ureña que se otorgará a intelectuales destacados, la presentación del Concurso de Ensayo Joven en torno a su obra y el rescate de la Plaza Argentina que se encuentra en los alrededores del Faro a Colón.
También se llevó a cabo la edición de su obra El libro Jubilar, y las asignaciones de calles con el nombre del humanista tanto en el sector Buenos Aires, de Herrera, como de Santiago de los Caballeros.
La comisión integrada para la realización y seguimiento de estos eventos estuvo a cargo de Diómedes Núñez Polanco, director de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña; Alejandro Arvelo, director general de la Feria del Libro; Basilio Belliard, director general del Libro y la Lectura; Mateo Morrison, asesor de la Secretaría de Estado de Cultura y Eleonor Grimaldi Silié, subdirectora general del Libro y la Lectura.
Un insigne humanista para ser recordado
Ensayista, filólogo, poeta, educador y humanista. Pedro Henríquez Ureña nació en República Dominicana en 1884, bajo un ambiente familiar plagado de libros e intereses relacionados con la cultura. Hijo de Salomé Ureña de Henríquez y Francisco Henríquez y Carvajal, dos ilustres figuras de las letras dominicanas, no fue difícil que creciera entre tertulias de intelectuales y políticos, esto último por los aires revolucionarios del momento.
Tanto su vida como su obra se vieron marcadas por los diferentes países en que vivió desde los 17 años, cuando residió en Nueva York por espacio de dos años. Un período que aprovechó teniendo el mayor contacto con la música, el teatro y las bibliotecas. En su segunda estadía es cuando afianza y logra una formación profesional y docente, obteniendo una maestría en Arte y el grado de doctor en Letras.
En Cuba, también se sucedió una etapa importante de su producción literaria, luego en México, donde tuvo un trascendental participación en aspectos culturales y sociales.
En Argentina, donde murió en mayo de 1946, fue profesor, impartió conferencias y participó en congresos, escribió un libro de gramática, fundó la Universidad Popular Alejandro Korn, organizó la Biblioteca Americana, creó la Colección Grandes Escritores de América. Recibió la Cátedra Elit Norton en la Universidad de Minnesota, siendo el primer latinoamericano en ocuparla.
