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POR DIONISIO SOLDEVILA
NUEVA YORK. El año pasado los Metros no tenían espíritu ni un poquito de carisma. Fue el equipo menos aplaudido (sin contar a los Expos de Montreal) y terminaron en el penúltimo lugar de la División Este de la Liga Nacional con 71 victorias y 91 derrotas.
Para poder revivir esta franquicia se necesitaba un milagro, algo que le diera chispa y ánimo a una fanaticada ferviente como la neoyorquina, que no acepta tonterías.
¡Bienvenido seas, Pedro Martínez!
La gerencia encabezada por el dominicano Omar Minaya hizo todo lo posible por contratar una estrella que le diera vida a la franquicia y devolviera a los fanáticos a las gradas.
Luego de una inversión de US$53 millones para los próximos cuatro años, los Metros, podría decirse, ya han justificado hasta el último centavo del contrato otorgado a Martínez.
Los juegos del dominicano siempre tienen un apoyo casi total de esta ciudad, tal y como sucede en la República Dominicana cuando los juegos del nativo de Manoguayabo son transmitidos por televisión.
Pedro es un hombre que llama público, dijo el periodista del Houston Chronicle, José de Jesús Ortiz al comentar sobre los 39,953 fanáticos que se dieron cita para el partido de Martínez el pasado martes.
Y no es para menos, aparte de miles y miles de boletas, los Metros venden camisetas, gorras, pines y artículos relacionados con el tres veces ganador del premio Cy Young, quien se ha mostrado mucho más que complacido de la nueva ciudad adoptiva que lo ha acogido para los próximos cuatro años.
PEDRO ESTA CONTENTO
Martínez se encuentra jugando con su cuarto equipo en las Grandes Ligas y su tercero después de haberse convertido en un estelar a tiempo completo en la temporada de 1997.
Pedro debutó con los Dodgers de Los Angeles y luego estuvo con los Expos de Montreal hasta 1997, cuando ganó el primero de sus tres premios al Cy Young.
Pasó a los Medias Rojas de Boston, franquicia que en aquel entonces lo convirtió en el jugador mejor pagado de las mayores al firmar por US$75 millones.
El hizo su trabajo en Boston, ganando dos Cy Youngs y estableciéndose como el mejor lanzador de las Grandes Ligas.
Pero los últimos dos años en Boston fueron turbulentos para Martínez, quien reconoció que no se sintió muy cómodo por la manera en que se manejaron las cosas.
Tengo que decir que mis últimos dos años en Boston fueron un poco incómodos por el hecho de que estábamos negociando un nuevo contrato y la prensa y la gerencia de Boston pusieron muchas cosas donde no iban, comentó Martínez.
Sin embargo, la llegada a Nueva York le ha permitido sentirse más contento y feliz con su juego.
Me siento bien en Nueva York, estoy jugando contento y hace mucho que no veía eso, indicó.
LA SALUD
La salud del dominicano Martínez había sido un tema espinoso en las últimas campañas, tomando en cuenta la lesión en su hombro que lo sacó de juego hace unas temporadas.
Desde esa lesión, los Medias Rojas tomaron la decisión de darle la mayor cantidad de descanso posible.
En el caso de los Metros, el conjunto adaptó la rotación para tratar de darle cinco días de descanso entre aperturas, aunque en las últimas dos aperturas lo ha hecho con cuatro.
Las lesiones se han olvidado, dijo Martínez. Tuve un poco de problemas en la cadera, pero con la inyección de cortisona se solucionó ese inconveniente y se ha visto lo que he hecho en mis últimas dos aperturas.
Martínez ha lanzado al menos ocho entradas en cada una de sus últimas tres aperturas, incluyendo juego completo en la más reciente contra los Astros, y solo ha permitido dos carreras en 25 entradas completas para una efectividad de 0.72.
Creo que con eso demuestro que estoy sano, que las especulaciones pueden ser dejadas de lado, añadió.
