Pedro Mir y Maricusa Ornes
Historia de una amistad

Pedro Mir y Maricusa Ornes <BR><STRONG>Historia de una amistad</STRONG>

POR YLONKA NACIDIT-PERDOMO
El 24 de julio de 1950 se ausenta del país Maricusa Ornes, tomando un vuelo internacional por el aeropuerto Andrews, con destino a La Habana, para iniciar con nostalgia un largo exilio de doce años. Marcharse al exilio no era para ella –de ninguna forma- una manera de naufragar, sino de robustecerse, de emprender con mayor voluntad la lucha, estando al lado y apoyando a los amigos en el extranjero, porque con la poesía iría proclamando y descubriendo las verdades del mundo y de los hombres.

Es en esta primera visita a Cuba cuando Pedro Mir le hace entrega del manuscrito original  de Hay un país en el mundo (poema gris en varias ocasiones) en hojas sueltas.  Ornes estaba hospedada en el Hotel Lincoln de La Habana. Fue una  tarde, a las 3:00, luego de una cita previa, que Mir toca a la puerta de su habitación. No se conocían personalmente; al verse se abrazaron.

De Mir expresa Maricusa: “Él era un hombre de gran franqueza, una persona encantadora, con una humildad de sí mismo impresionante; desde entonces sabía que estaba ante un auténtico poeta social. Después de ese encuentro acostumbrábamos  a ir  de paseo por el malecón habanero en amena conversación”.

El 5 de febrero de 1951 la declamadora parte hacia La Habana, Cuba. Allí le esperaban los amigos de Sócrates Nolasco y un amplio grupo de exiliados dominicanos que le organiza un recibimiento: su hermano Horacio Julio Ornes, José Espaillat, Tulio H. Arvelo, Pedro Mir, Juan Bosh, Octavio Méndez Pereira,  Rómulo Bentacourt, Luis Beltrán Prieto, Carlos Andrés Pérez, los mellizos Hernández, Camila y Cotubanamá Henríquez,  Enriquillo Henríquez y actores y actrices del momento, etc.

Su visita estaba precedida de una amplia información desplegada en la prensa habanera (La Marina, Diario Información, revista Carteles) procedente de claves internacionales que recogían reseñas de su presentación en México. Maricusa despierta una gran simpatía. Su primer Recital de “poetas cubanos, hispanoamericanos y españoles” lo ofrece el día 19 en los Salones de la Sociedad Lyceum y Lawn Tennis. Al concluir  expresó: “Quisiera hacerme oír por todo el  pueblo de Cuba”, petición suya que no se hizo esperar.

El 13 de abril, en el amplio local del Anfiteatro Nacional, Maricusa Ornes presenta un Recital en “Homenaje al pueblo de Cuba” como indica la invitación que cursa el Alcalde Municipal de La Habana y el Director General del Departamento de Bellas Artes”, ante un público espectador de 3.000 personas. Es en esta noche que  se estrena y se da a conocer por primera vez en su voz, logrando el cénit de su magia artística, el poema fundamental de nuestro poeta nacional, Pedro Mir, Hay un país en el mundo, (inspirado en La Habana en 1949) que refleja la tragedia y el doloroso vía crucis de su patria bajo el poder sanguinario de un tirano, en una isla de campesinos sin tierra, jornaleros e ingenios de caña de azúcar.

Maricusa recuerda que “Aquella fue una noche de alta poesía, de aclamación de público. Desde que lo declamé por primera vez nunca lo solté. Años después estrenaría en el Teatro Nacional de Santo Domingo, en 1976, su Contracanto a Walt Whitman”.

Pedro Mir dijo aquella noche de ella: “Maricusa Ornes es la definitiva verdad de la poesía; carril de la emoción, lenguaje sin acuerdo, manadero infinito”. De su parte Gabriel Bretón expresó: “Los dominicanos tienen en Maricusa Ornes una de las más brillantes intérpretes del verso que ha producido América. 

La que más se admira en ella es su dominio del gesto: Sin estudio, sin afectación, exuberante a veces, suelto, espontáneo siempre.  Lo que más no habla de su capacidad artística  es la versatilidad con que, sin esfuerzo alguno ataca todos los géneros”.

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