Entre 1998 y el 2004, Pedro Martínez fue más que una súper estrella en el montículo con los Medias Rojas de Boston.
En su tiempo en Nueva Inglaterra compartió con varios dirigentes y también coaches de pitcheo.
Pero poco después del Juego de Estrellas de 1999, cuando fue declarado Jugador Más Valioso con una actuación histórica en el clásico de mitad de temporada que se jugó en el Fenway Park, Martínez contó en su libro “Pedro”, escrito junto a Michael Silverman, que tuvo una experiencia que le dejó ver tanto a él como a todos en el equipo la mala relación con su dirigente Jimy Williams y el coach de pitcheo Joe Kerrigan. “El 14 de agosto de 1999, después de dos aperturas tras salir de la lista de lesionados, llegué al estadio un poco más tarde de lo normal para la apertura. Estaba en casa, estirándome y haciendo ejercicios en la piscina. Llegué al Fenway más de 90 minutos antes del juego, pero me quedé mucho rato en el parqueo con Joe, el parqueador. Ya había estirado y tenía más de una hora antes del juego así que lo único que tenía que hacer era ponerme el uniforme. Pero Joe Kerrigan siempre me quería temprano y ese día definitivamente no estuve tan temprano como Joe y Jimy quisieran. ¡¡Y llegaron los problemas!