Con su carismática personalidad y su temple fuerte, desde hace mucho tiempo, Pedro Martínez ha sido considerado como un mentor de muchos de los jugadores dominicanos de esta era en el béisbol de las Grandes Ligas.

Y dos de ellos hicieron acto de presencia en la ceremonia para el tres veces ganador del premio Cy Young, en el parque Eugenio María de Hostos, ayer a su llegada al país luego de haber sido seleccionado para el Salón de la Fama de Cooperstown, con un 91.1 por ciento de los votos de la Asociación de Escritores de Béisbol de los Estados Unidos.

Esos jugadores que hicieron acto de presencia fueron su ex compañero de los Medias Rojas de Boston, David Ortiz y su enllave de los Marineros de Seattle, Robinson Canó.

“Pedro es como mi hermano mayor. Me siento muy contento de que esté en el Salón de la Fama y que se una a Juan Marichal como el segundo dominicano en lograr esa hazaña”, dijo Ortiz al conversar con redactores de Hoy.

Canó, por su parte, también dijo sentirse orgulloso y motivado de ser testigo de la selección de Martínez para Cooperstown.

“Pedro es un orgullo y su elección al Salón de la Fama de Cooperstown nos sirve de motivación a los que venimos atrás para un día aspirar a lo mismo”, señaló Canó.

En 18 temporadas en las Grandes Ligas, Martínez tuvo marca de 219-10 y 2.93 de efectividad, además de 3,154 ponches y 760 boletos, con los Dodgers de Los Angeles, Expos de Montreal, Medias Rojas de Boston y Filis de Filadelfia.

Para Martínez, uno de los momentos más cruciales de su carrera fue cuando los Dodgers decidieron transferirlo a los Expos, tuvo que separarse de su hermano Ramón y radicarse en el área francesa de Canadá, donde jugaban los Expos.

“El cambio a Montreal fue un punto de motivación en mi carrera. Recuerdo que lloré mucho cuando me enteré del cambio, pero mi hermano Ramón me dijo que me fuera a trabajar y que me olvidara de todo lo demás, eso me obligó a trabajar más duro para demostrar lo que podía hacer”, recordó Martínez.

El premio de todos. Martínez también enfatizó en que su llegada la Salón de la Fama no la recibe como un mérito individual sino algo que le dedica a todo el país.

“Esto es de todos ustedes, el Salón de la Fama no solo es mío sino de todos aquellos que respetaron mi carrera y que me han seguido de una u otra manera”, sostuvo.

También agradeció a la prensa por el seguimiento a sus actuaciones y a los ministerios de Turismo y de Deportes por la coordinación y realización de todas las ceremonias relacionadas con su llegada.