Un siglo después de haberse abolido la esclavitud en los Estados Unidos, mataron a Martin Luther King. Con motivo de esta muerte, empezaron los movimientos y protestas que llevaron a la “integración” de niños blancos y negros en las escuelas públicas de ese país. Quiere decir que los prejuicios raciales seguían vivos, a pesar de todos los esfuerzos de Lincoln y de los legisladores que intentaron modificar una situación, bochornosa e injusta desde cualquier punto de vista que la examinemos. El primer cargamento de esclavos negros llegó a Santo Domingo en los inicios del siglo XVI; el último, desembarcó en La Habana en el tercer tercio del siglo XIX.
En Cuba había barberías para blancos y barberías para negros; la discriminación era para todo: para los empleos, para bañarse en las playas, para recortarse el pelo. En Santo Domingo, a finales del siglo XVII, nuestra población estaba compuesta, principalmente, por mulatos. La corona española tuvo que permitir que los mulatos dominicanos desempeñasen cargos públicos, pues no había blancos en cantidad suficiente. En Cuba, en cambio, mantuvo una posición racista. Por eso, en nuestro país se atenuaron los prejuicios raciales: casi todas las familias eran multicolores; por tanto, los hijos podían ser blancos, “indios” -obscuros o claros-, y “jabaos”.
Aun en la Cuba revolucionaria de Fidel Castro, persisten los prejuicios raciales. En la sociedad cubana de hoy los cultos yorubas están firmemente arraigados; se aceptan plenamente; conviven con el culto a la Virgen del Cobre. Pero los prejuicios no han desaparecido. Se puede abolir la esclavitud mediante leyes, decretos, reglamentos; pero no es posible suprimir los prejuicios de un plumazo. Lentamente, los prejuicios se van diluyendo en las cabezas de los hombres; y terminan saliendo de las costumbres.
El Presidente Obama, en su reciente visita a La Habana, tocó este tema, ingrato y difícil para gobernantes y gobernados. Obama es un mulato que ha llegado a ser Presidente de los EUA, durante dos periodos; cosa que no logró Lincoln, quien fue asesinado al comienzo del segundo. Obama ha sido víctima de los prejuicios de su país. Sus planes y proyectos han encontrado resistencias infranqueables. Algunas de ellas son prejuicios contra la piel negra y el pelo crespo.