ATENAS (AFP).- El estadounidense Aaron Peirsol se convirtió este jueves en el centro de la más viva polémica que estalló hasta ahora en el torneo de natación de los Juegos Olímpicos de Atenas, después de vencer los 200m espalda, ser descalificado y finalmente absuelto para recibir la medalla.

En la piscina, Peirsol completó el recorrido de los 200m espalda en 1:54.95 minutos, estableciendo un nuevo récord olímpico para la distancia. El austríaco Markus Rogan llegó en segundo lugar y el rumano Razvan Florea tercero.

Sin embargo, los jueces procedieron a descalificarlo, alegando, en una forma un tanto confusa, un movimiento antirreglamentario en el giro de los 150 a los 200 metros. Así, Rogan heredó el oro, Florea la plata y el británico James Goddard el bronce.

Pero poco antes de la premiación, un comunicado oficial indicó que la sanción estaba apoyada en un lenguaje que no era el «idioma de trabajo» de la Federación Internacional de Natación (FINA) y que las pruebas eran inadecuadas, restituyendo la medalla y el récord a Peirsol.

Luego del final de las pruebas, la delegación estadounidense se encargó de desechar rumores de que Peirsol se transformó en un blanco de los jueces porque hace tres días públicamente había sugerido que el japonés Kusuke Kitajima cometía irregularidades en la salida del estilo braza.

La restitución de la medalla de Peirsol, sin embargo, no resolvió el problema. La delegación británica presentó un documento formal de protesta por la devolución de la medalla al estadounidense (lo que significaba despojar a Goddard del bronce) y lo mismo hizo la Federación Austríaca de Natación.

Sin embargo, la FINA decidió rechazar los argumentos.

«El jurado de apelaciones escuchó al árbitro y a la Comisión Técnica de la FINA y posteriormente decidió por unanimidad rechazar la protesta de la Federación Británica y la Federación Austríaca, ya que el informe de los árbitros no mostró ninguna violación de las reglas de la FINA por el nadador Peirsol», señaló la entidad en una nota oficial divulgada en la noche del jueves.

«Yo sólo quiero que todo el mundo sepa que se trató de un simple error. No debería haber ocurrido», dijo Peirsol, con la presea de oro colgada al cuello, durante una confusa conferencia de prensa.

Los otros atletas del podio reaccionaron con cautela, aunque sugirieron que el cuadro debería ser dejado como está. Para el austríaco Rogan, «Aaron (Peirsol) es una persona honesta. Estoy seguro de que nadó sin trampas y esto debe quedarse así».

En tanto, el británico Goddard apuntó que tampoco le gustaría «ganar una medalla de bronce de esa forma», pero destacó que no vio lo que ocurrió cuando Peirsol hizo el giro en la pared.