Pekín cambia el café con leche por el café con gatos y perros

Pekín cambia el café con leche por el café con gatos y perros

Pekín. Pedir un café con leche y una lata de atún no parece la mejor combinación del menú, salvo si se está en uno de los ‘cat cafés’ -cafeterías donde los clientes pueden jugar con gatos- que conquistan el corazón de los amantes de los animales de Pekín (China).

El fenómeno de los ‘cat cafés’ tiene sus raíces en Taiwán, donde abrió el primero de estos establecimientos en 1998. De ahí saltaron a Japón y posteriormente a otros países como China, donde en los últimos años han abierto multitud de estos negocios, especialmente en las grandes ciudades.
El cliente medio es una mujer joven, de unos 20 años, que no puede tener mascotas en casa, aunque lo desea, y por eso acude a estos locales para poder jugar un rato con los animales.

«No tengo un gato en casa porque no me deja mi madre, pero me gustan mucho. Por eso vengo aquí, quiero tener un gato en el futuro», afirma a Efe una joven de 18 años llamada Liu Jiayou, que ha venido por primera vez a la cafetería Meow, donde más de setenta gatos hacen las delicias de los clientes desde 2016.

Otra chica, que se identifica como señorita Chen, reconoce que no solo su pasión por los felinos es lo que le ha impulsado a venir: «Es un sitio muy famoso, lo vi por Douyin», el nombre chino de la popular aplicación de vídeos cortos TikTok.

La gerente del local, Xu Yuyan, explica a Efe que la inversión total fue de 3 millones de yuanes (391.000 euros) y que cada día tienen unos 200 clientes, número que aumenta los fines de semana gracias al «buen carácter» de sus gatos.

Aunque originalmente la idea se limitaba a cafeterías con gatos, en Pekín han abierto sus puertas en los últimos meses establecimientos que tienen perros de razas concretas, como los ‘husky’ o los ‘shiba inu’; en el caso de esta última, tan solo hay que subir dos pisos desde Meow para encontrar el Harajuku Mame, que cuenta con una decena de estos canes de origen japonés.