Peledeístas cancelados y presionados

Peledeístas cancelados y presionados

ANTONIO PEÑA MIRABAL
El líder y guía espiritual del Partido de la Liberación Dominicana, PLD, profesor Juan Bosch, siempre decía que en política hay cosas que se ven y cosas que no se ven, y que generalmente las que no se ven son más importantes que las que se ven. Buscaba con esto despertar el interés de los militantes peledeístas, al análisis y examen minucioso de los acontecimientos políticos, porque comprendiendo los hechos es que se va construyendo la conciencia necesaria para actuar con racionalidad y responsabilidad. El político que no se detiene a observar los detalles y conectarlos con las decisiones de envergadura, con facilidad pierde la perspectiva de la realidad y como es lógico, cometerá errores que afectarán sus objetivos.

Recientemente se efectuó una reunión en el Palacio Nacional, que de acuerdo a los medios de comunicación, contó con la presencia del Presidente de la República y del PLD, doctor Leonel Fernández, el ingeniero Félix Bautista, secretario de Organización del PLD y el doctor Reinaldo Pared Pérez, secretario general del PLD, en la que se trató el tema de las cancelaciones en el gobierno por asuntos de simpatías políticas.

 Lo trascendente del encuentro es, y aquí es la parte sutil que quizás muchos no logren ver, que se aceptó que en el gobierno del PLD se están produciendo cancelaciones de peledeístas que no simpatizan con la reelección del presidente Fernández. Además de las cancelaciones, que fueron propiciadas en principio por el propio Presidente de la República, con la destitución del administrador del Banco Agrícola, de la directora general de PROMIPYME y el director general de la Comisión para el Desarrollo Barrial, en el gobierno hay presiones abusivas contra simples trabajadores para que sufraguen el próximo 6 de mayo por la reelección.

Cuando estas prácticas represivas fueron denunciadas con responsabilidad por el licenciado Danilo Medina, los promotores de la reelección en los medios de comunicación quisieron negarlas, pero el hecho de que se anunciara la elaboración de una circular que sería enviada a todos los secretarios de estados y altos funcionarios del gobierno, solicitando detener la cancelaciones y pidiendo que se reincorporaran los que ya habían sido cancelados, otorgan toda la verdad a la denuncia realizada por el licenciado Medina.

 Al día de hoy esa circular no la conoce la opinión pública, por lo que un mandato presidencial está siendo incumplido. Si dicho anuncio no fue una salida demagógica y publicitaria a un grave problema, ha de esperarse que en los próximos días esa circular será conocida por los medios de comunicación y los peledeístas cancelados podrán acudir a las diferentes instituciones a reclamar sus puestos y los que están siendo objeto de presión podrán reclamar la independencia necesaria para ejercer con libertad su derecho a elegir.

Es una aberración que por no estar de acuerdo con la reelección del presidente Fernández, un peledeísta pierda el sustento económico de su familia en un gobierno del PLD. Eso tiene nombre y apellido: retaliación y persecución política. ¡Quién diría que en el partido de Bosch se producirían esos abusos! ¡Quién diría que en el partido de Bosch se cohibiera la libertad de votar por alguien diferente al que está en el poder! Ese error marcó para siempre al PLD, y a partir del mismo hay dos PLD, el que conviene a intereses particulares de quienes disfrutan temporalmente de los privilegios que otorga el poder, y el segundo PLD que defiende la naturaleza y esencia del partido morado.

 Los defensores del primer PLD están en un proceso involutivo y por ende contra las fuerzas progresistas que genera de forma automática toda sociedad cuando observa que sus políticos son incapaces de solucionar los problemas que les aqueja.

El actual proceso interno que vive el PLD lo ha marcado para siempre y lo que le espera es una redefinición como organización política, lo que necesariamente encenderá pasiones y desatará fuerzas que antes estaban tranquilas y controladas.

 O se convierte en un partido más que va al poder a solucionarles problemas económicos a unos cuantos, o se revoluciona y retoma el pensamiento de Bosch sobre el ejercicio de la política. En esta contienda interna lo que está juego es el destino del PLD, porque han aflorado dos concepciones diferentes, dos estilos de liderazgo distintos y dos visiones diferentes de cómo enfrentar los problemas del país.

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