MARTHA PÉREZ
Es único, sin precedentes, pero es histórico. El presente constituye un momento importante para el Partido de la Liberación Dominicana, (ahora no vamos a referirnos a las fuerzas aliadas que encabezadas por el PLD integran el Bloque Progresista), que necesita interpretar con la sabiduría de la ciencia, con el arte de la política, con la lógica de la filosofía y con la entrega a que induce el amor, para poder capitalizar la posición en que se encuentra, desde el punto de vista partidario, político- electoral y social, y mantener esa posición con una visión de futuro. Hacia el frente, los lados y menos hacia atrás no existe ahora mismo otra fuerza política con un líder de la popularidad del presidente del partido morado ni con el posisionamiento del PLD, aunque hay algunas fuerzas de las denominadas emergentes o en crecimiento que el resultado electoral cuantitativo las ha ido aproximando, pero es mucho lo que hay que trabajar un posisionamiento, además de un resultado electoral que no deja de tener carácter coyuntural, por lo que al PLD aún “le queda mucho tiempo” como la principal fuerza.

La interpretación del momento debe hacerse desde adentro hacia fuera, desde el partido hacia el Gobierno y viceversa, porque hay personas del liderazgo tradicional que comienzan a lucir como “cansadas”, salvo excepciones que siguen la chispa del presidente del partido. Cansado en este caso no es dejadez o incumplimiento, más bien, enfriamiento y una especie de tranquilidad y conformidad, como cuando las cosas parecen muy seguras. Y personas del liderazgo emergente que buscan el apoyo y las oportunidades necesarias. Y otras de ambos liderazgos que lucen un tanto apuradas, como cuando se acorta el tiempo.

¡Cuidado!, el vecino no duerme. Y no puede dormir porque en sus predios hay ruido, penumbra, misterio y olor a muertos, hasta el espanto y la desesperación.

Veamos no más que el resultado electoral del 16 de mayo: 22 de los 32 senadores; 96 de los 178 diputados; 67 de los 156 síndicos. Tal vez no se considere un récord pero sin dudas un gran average, más para un partido que ha ejercido un período de gobierno y la mitad de otro (6 años) con una minoría congresional y una considerable oposición en varios ayuntamientos. Este cuadro, visto sólo como numérico, plantea unas expectativas para tomar muy en cuenta, pero ha de interpretarse como las más abstracta de las pinturas de arte plástico. Es aquí donde queremos llamar la atención de nuestros apreciados compañeros y compañeras peledeístas, por eso obviamos hablar de las fuerzas aliadas, porque, y pese a que del triunfo electoral del 16 de mayo pasado todos son compromisarios (PLD, FNP, APD, MIU, UDC, BIS, PLE, Consejo Presidencial, PRP), es el PLD, como fuerza política en el poder que debe llevar a sus adentro la interpretación del posisionamiento político y social en que lo sitúa ese resultado electoral. Las demás fuerzas del bloque progresista, en su mayoría, han tenido un termómetro en las manos, lo que les ha permitido apoyar al PLD en base a la visión del presidente Fernández, al respeto mutuo, y a la defensa y puesta en alto de la bandera de un proyecto de nación basado en el fortalecimiento del sistema de partidos y consecuentemente de la democracia, la institucionalidad y el desarrollo sostenible del país y nación. En base a este marco teórico se puede seguir muy lejos en la práctica con la unidad y la concertación.

A nuestro modo de ver estas cosas, valoramos que estamos en un buen momento que antepone un reto de grandes dimensiones, en corto, mediano y largo plazos, que no puede perderse de vista un solo segundo, no sólo por el ruido y el desorden en la casa del vecino, ruido que a veces puede entretener y distraer, y hasta contagiar al más descuidado, sino porque las oportunidades son únicas y difícilmente se repiten cuando no se saben interpretar y aprovechar. El PLD tiene por delante la oportunidad de su vida, pero deberá sentarse, como sabe hacerlo,  a interpretarla.