El excandidato presidencial Pelegrín Castillo arremetió ayer contra la Iglesia Católica, a la que acusó de coincidir con una campaña antidominicana desarrollada por sectores nacionales y extranjeros.
Afirmó en una nota que el país es “víctima de una campaña criminal” y consideró que la Iglesia está en el dilema de apoyar o no esa ofensiva contra la nación.
Aseguró que no es migración sino éxodo masivo con ocupación, y que es lamentable que algunos jerarcas católicos contribuyan con sus posiciones vulnerables a los planes antinacionales.
Según él, la cúpula de esa Iglesia se contradice: por un lado, llama a proteger a los inmigrantes haitianos; por otro, calla sobre lo que debería hacer la comunidad internacional con Haití.
Para el dirigente de la Fuerza Nacional Progresista la presencia haitiana no es migración sino ocupación, y por eso observa una explosiva mezcla demográfica en el país.
Aseguró que su partido no apoya la violencia y que nunca lo hará pero que si ocurrieran hechos sangrientos, la Iglesia sería responsable por callar y ocultar esa realidad.
“Los acuerdos inconfesables de cúpulas políticas y empresariales con poderes internacionales, que están en la raíz de este desastre de la soberanía no deberían ser bendecidos por la Iglesia Católica, aunque lo alienten directivas vaticanas, ya que traerán males mayores a la República y su población, así como graves trastornos a la paz y la estabilidad en la isla y el Caribe”, alertó.
Indicó que el mensaje universal de acogida debe ser adaptado por las conferencias episcopales a cada realidad nacional, y que ahí fallan de manera grave.
Cuestionó que mientras al país se le pide acoger y proteger a los inmigrantes, a pesar de evidencias sobradas de la que sociedad dominicana no está en condiciones de asimilar más población de Haití, nada se quiere decir del complejo desafío geopolítico sobre qué hacer con ese Estado fallido, colapsado.