El vicepresidente de la Fuerza Nacional Progresista, Pelegrín Castillo, expresó que sí la oposición es débil como expresó el ministro José Ramón Peralta, el gobierno lo es más porque depende de fomentar las divisiones de los partidos de oposición como el Partido Revolucionario Moderno (PRM) dentro de unos “esquemas de conchupancia”, que solo debilitan más las instituciones del Estado y la democracia.
El exlegislador y exministro expresó que la muestra mayor de la debilidad del gobierno fue la imposición con métodos cuestionables y autocráticos de una ley de partidos que es un traje a la medida de sus intereses de permanencia en el poder y que constituye la muestra mayor del temor que tiene el gobierno a realizar verdaderas reformas democráticas que respeten los mandatos de la Constitución y renueven el sistema político partidario y electoral.
“ El sistema político partidario y electoral viene arrastrando una crisis desde que el presidente Mejía impuso la reforma de la Constitución del 2002 que dividió el partido histórico anti reeleccionista , el PRD : todos los triunfos posteriores del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) deben mucho a esa división, por eso Hipólito es su adversario favorito. La reforma constitucional del 2010 debió contribuir a superar esos problemas, pero el PLD no ha sido capaz de poner en vigencia sus mandatos, y la facción del presidente Medina ha dedicado a socavarla abiertamente desde el 2015. Con la flamante ley de partidos se le infligió un golpe mortal a la democracia “, indicó Castillo.
Pelegrín Castillo explicó que el sistema imperante, que es clientelista- populista-patrimonialista, establece relaciones políticas degradadas que reparten como favores lo que debe garantizar cómo derechos y que los costos elevadísimos el mismo no lo pueden seguir pagando la economía, la sociedad y los ciudadanos.
“Es una verdadera pena que ante una crisis tan profunda que afecta al estado y la economía, que apenas se va sobrellevando con números y malabares engañosos y alto endeudamiento , en el gobierno solo tienen capacidad de hacer cálculos miopes en función de su interés de permanencia, arriesgando la gobernabilidad y la estabilidad, así como la existencia de la nación y sus atributos de soberanía.
Finalmente, Castillo rechazó que la oposición no tuviese sus objetivos claros: “Sí se formularon en documentos muy precisos esos objetivos en relación a la reformas necesarias a la ley de partidos y el sistema electoral, pero el gobierno del presidente Medina prefirió desconocerlos y sus seguidores en el gobierno y en el congreso abusaron de su poder desconociendo el derecho de las minorías, elaborando una ley llena de trabas y mañas, de claro corte autocrático. Y eso va a tener consecuencias”.