Los 1,500 niños que acuden a la escuela Puerto Isabela, en el sector de Cristo Rey de la capital, están expuestos a sufrir una herida o algo peor, debido a que en el patio caen rocas y palos.
La situación obedece a que en la parte posterior hay un farallón muy grande de piedras, tierra y árboles que amenaza de forma permanente los alumnos.
A ese peligro se suma otro: la entrada en la escuela de iguanas, culebras y otros animales que salen del Parque Zoológico Nacional, muy cercano al centro educativo.
La respuesta de las autoridades ha sido insuficiente, explica Noemí Luna, secretaria de la sociedad de Padres y Amigos de la escuela.
Luna dice que la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (Opret) le puso al farallón una malla para tratar de contener los desechos que se desprendían, pero que esa medida no ha corregido el problema.
Asegura que de manera frecuente caen cocos, palos y aguacates, lo que impide que los alumnos reciban recreo ante el temor de que suceda una tragedia.
Señala que en mayo pasado cayeron muchos materiales sólidos y que no pasó nada porque afortunadamente era fin de semana.
Por esa razón, reclaman la terminación de una nueva escuela que está avanzada en un 80% y cuyos trabajos llevan varios meses paralizados. Le faltan comedores y los últimos retoques para ser entregada.
La comunidad también exige la construcción de un puente peatonal que ha sido anunciado varias veces por el Gobierno.
Ayer exigieron ambas obras y amenazaron con incrementar las protestas si no atienden sus reclamos.
Dicen que la escuela Eulalio Arias lleva dos años en servicio y que la Puerto Isabela aún no la han concluido por falta de pagos.