Un periódico de Los Ángeles, California, “La Opinión” – único medio que he encontrado que cita la consulta a la que hago referencia -. Se trata de las respuestas dadas por 50 galardonados con un Nobel en las diversas categorías en que se entrega esa afamada distinción, cuestionados sobre qué creían que podría acabar con la humanidad. Algunas respuestas son muy obvias y es en lo primero que todos pensaríamos, especialmente en la coyuntura geopolítica en que vivimos: un conflicto nuclear como lo consideraron 12 de los consultados. Una respuesta inesperada fue la dada por uno solo de los preguntados que consideró que el surgimiento de un “poderoso medicamento” podría poner fin a la humanidad.
Sin embargo, el peligro en que más premiados con un Nobel coincidieron en señalar, 18 de ellos, fue el crecimiento demográfico asociado con la degradación ambiental. El problema es que ese crecimiento poblacional se está dando principalmente en regiones y naciones de gran pobreza y, por varias razones, ello agrede el medio ambiente. Aunque, contrariamente, en los países ricos la población crece menos y hasta en algunos casos decrece, los estilos de vida y producción prevalecientes son altamente responsables del calentamiento global que viene generando un cambio climático que algunos políticos niegan a pesar de que los científicos lo avalan sólidamente. El peligro que quedó en segundo lugar fue la guerra nuclear. Nadie puede dudarlo. El desenfreno político y la irracionalidad pueden desencadenar un conflicto que barra una buena parte de la humanidad. Las armas nucleares, en consecuencia, están para no usarse, ¿entonces porqué no desprendernos de ellas? Robert Mcnamara, secretario de Defensa en la administración Kennedy en momento de la Crisis de los Misiles, dijo en una ocasión que siendo Kennedy, Nikita Kruschev – líder soviético del momento – y Castro hombres racionales; tres hombres racionales estuvieron a punto de acabar con el mundo.
Cuatro premiados advirtieron la eventualidad de que una nueva enfermedad o que algunas de las existentes se hiciesen resistentes a los medicamentos arrasasen con la vida humana. Otros cuatro marcaron el egoísmo y la deshonestidad y dijeron que la gran amenaza a los seres humanos somos nosotros mismos al perder el concepto propio de humanidad. Tres señalaron el peligro del poder destructivo de líderes poco capaces; dos de ellos mencionaron a Trump. Otros dos grupos de tres señalaron, uno de ellos, el riesgo que fundamentalistas y terroristas consigan armas nucleares y, el otro grupo señaló la amenaza que se desprende de la ignorancia y distorsión de la verdad, respectivamente. Si se duda de todo será difícil prevenir un desastre. Dos de los Nobel consultados identificaron el peligro que la inteligencia artificial lleve a que las computadoras superen la inteligencia humana. Bueno, al menos ya vemos que a muchos la tecnología le esta sustituyendo la capacidad de pensar. Un par de galardonados apuntaron a que el poder de la desigualdad para generar populismo y polarización política llevaba el germen de una gran crisis arrolladora.