Pelosi tuvo altas y bajas

Pelosi tuvo altas y bajas

Pelosi obtuvo  destacada victoria con la ley de energía, que incluyó  fijar el primer incremento en 32 años en los estándares de economía de combustible para los vehículos.  Pero perdió en su intención de imponer restricciones al financiamiento de las guerras de Irak y Afganistán.

WASHINGTON (AP) — Nancy Pelosi se convirtió hace un año en la primera presidenta de la Cámara de Representantes en la historia de Estados Unidos. Doce meses después, esa parece haber sido la parte más fácil de su carrera política en el partido Demócrata.

El resto estuvo caracterizado por modestos progresos y por fuertes decepciones. 

La realidad de liderar un Congreso agriamente dividido y de enfrentarse a una Casa Blanca habitada por el republicano George W. Bush demuestra que las victorias son escasas y las frustraciones abundan. Y la principal de ellas, para la representante por San Francisco, fue su fracaso en concretar su principal objetivo: el cese de las misiones de combate de las fuerzas norteamericanas en Irak, y el retorno de los soldados a sus casas.

Los días finales en la Cámara de Representantes antes del receso invernal reflejan a cabalidad los altibajos de Pelosi en su primer año como presidente de la cámara baja: un gran éxito, y una amarga derrota. 

Pelosi obtuvo una destacada victoria con la ley de energía, que incluyó entre sus logros fijar el primer incremento en 32 años en los estándares de economía de combustible para los vehículos.  Pero Pelosi fue derrotada en su intención de imponer restricciones al financiamiento de las guerras en Irak y en Afganistán.

Finalmente, Bush logró triunfar en su propósito de obtener otros 70.000 millones de dólares para ambas guerras, sin necesidad de aceptar plazo alguno para la retirada.  “Irak es para nosotros la mayor desilusión”, dijo Pelosi, de 67 años, en reciente entrevista.

“Significa que somos incapaces de poner fin a la guerra” en la nación árabe.  Los altibajos de Pelosi como presidenta de la “House” se reflejan en las encuestas.

 En diciembre del 2006, una encuesta de The Associated Press indicó que un 22% de los entrevistados tenía una favorable impresión sobre ella, y otro 22%, una opinión desfavorable.

En diciembre del 2007, otra encuesta de AP indicó que su nivel de aceptación seguía siendo el mismo, un 22%, pero las opiniones desfavorables habían ascendido al 38%.

El único consuelo de Pelosi es que las opiniones desfavorables sobre Bush se mantienen en el 61%.

 La incapacidad de Pelosi para obligar a Bush a cambiar su estrategia en Irak la convirtió en objetivo de un grupo con el cual tiene fuertes lazos: los liberales enemigos de la guerra. 

Esos sectores la hostigaron en eventos públicos e inclusive protestaron frente a su residencia de San Francisco el domingo de Pascua.

 Jack Pitney, profesor de ciencias políticas en la universidad Claremont McKenna, en el sur de California, dijo que la guerra ha puesto a Pelosi ante un dilema imposible de solucionar. Todo aquello que no incluya la total retirada de las tropas de Irak, enfurece a la izquierda.

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