El pelotero de grandes ligas Alejandro de Haza pidió ayer la intervención del procurador general, Jean Rodríguez, en el caso de la estafa millonaria de que fue víctima.
Denunció que personas influyentes, a las cuales no identificó, estarían tratando de presionar a las autoridades judiciales y entorpecer las investigaciones sobre el hecho.
Recordó que fue estafado en el 2016 con más de US$6 millones, con la compra de unos proyectos inmobiliarios que resultaron ser falsos, por lo que hizo el debido sometimiento en los tribunales.
“Le pido al procurador general de la República su intervención para evitar que las investigaciones sean entorpecidas, y para que los culpables sean condenados”, dijo el beisbolista en un documento de prensa.

De Haza tiene como abogados a César Ruiz Castillo, Romeo Del Valle, Hatuey Tavarez Olmos y César Ruiz Ferrando.
Los hechos. Explicó que un amigo de su infancia llamado Yoeli Decena que había prosperado económicamente a través de un ciudadano italiano con el que mantenía una relación, le propuso invertir en unas propiedades que éste poseía en distintos lugares turísticos del país.

“Como yo tenía que marcharme a los Estados Unidos por compromisos deportivos, dejé el caso en manos de mi abogada de confianza Luisa Guerrero, y tras ella decirme que todos los documentos estaban en orden, procedí a hacer los desembolsos ya que estaba interesado en el proyecto”, dijo el pelotero.

Agregó que en octubre del mismo año descubrió que Decena, quien guarda prisión preventiva por el caso, no tenía derecho sobre las referidas propiedades, y que los documentos que le presentó eran falsos.

Indicó que a través de investigaciones realizadas conjuntamente con sus abogados descubrieron que todo fue “una trama orquestada por una presunta asociación de malhechores en la que se ven involucrados los ciudadanos Estefany Vargas, Damaris Castillo y Jonathan Vargas, este último señalado como promotor del negocio piramidal Telexfree en La Romana”, quienes además de estafarlo, ahora se dedican a denigrar su imagen con falsos argumentos. Los tres tienen medidas de coerción consistentes en presentación periódica.