SURPRISE, Ariz.- Los jugadores se dirigieron uno tras a uno hacia el dirigente Tony Peña a principios de semana cuando llegó a una serie de reuniones organizacionales. ¿Dónde han estado?

Entiendan que ayer solo era martes, y los lanzadores y receptores tenían que reportarse ayer. El resto del grupo no se integra hasta mañana.

Olvídense de calendario.

Muchos jugadores, incluyendo veteranos, llegaron hace varios días. Para el martes, ellos estaban más que dispuestos a echarle en cara a su dirigente por su, perdón, retraso.

“El año pasado”, recordó Peña, “llegamos a los entrenamientos de primavera para crear confianza y una mente positiva. Ahora, las expectativas son tan diferentes. Cada jugador que he visto piensa que vamos a ganar”.

Lo visto el jueves reforzó ese pensamiento por todo el complejo de apenas un año de vigencia.

Aquí estaba el primera base Mike Sweeney, saliendo del salón de pesas todo sudado, portando una sonrisa de oreja a oreja. Nada de dolor en su cuello o su espalda.

Por otro lado estaba el antesalista Joe Randa, agitando su swing en las cajas de bateo, mientras los recién llegados como el relevista Mike Venafro y el jardinero Rich Thompson descansaban en un clubhouse nuevo.

El torpedero Angel Berroa, nunca tranquilo, jugaba con sus compañeros en el Campo 2, compartiendo con los jardineros Dee Brown y Aaron Guiel.

El zurdo Jeremy Affeldt hizo 40 lanzamientos en un entrenamiento, poniendo a prueba su dedo mayor, el cual ahora solo cuenta con media uña con la esperanza de ponerle fin a sus problemas de ampollas.

“Vaya”, se reportó, “se siente bien”.

Versión (Dionisio Soldevila Brea). –