Peña y la Convención del PRD

Peña y la Convención del PRD

RAIMUNDO TIRADO
De seguro que si José Francisco Peña Gómez viviera y fuera actor principal en la Convención perredeísta del pasado 10 de mayo, hubiera provocado un acontecimiento similar a un terremoto en el Palacio de los Deportes.

Por de pronto, hubiera acelerado el proceso de acercamiento entre Miguel y Milagros, quienes durante la Asamblea de Delegados se mantuvieron a prudente distancia, sin darle calor y relevancia al hecho de que los delegados, los invitados especiales y el país pudieran percibir una unidad real de los dos líderes perredeístas.

Estamos convencidos que el doctor Peña Gómez, en medio de su discurso, hubiera provocado un abrazo efusivo del candidato presidencial con doña Milagros y los demás líderes de la Corriente Unitaria, con participación del presidente y secretario general del partido, los ex presidentes de la República, y la presidenta y el presidente en funciones de la comisión organizadora nacional, en una gran cadena de amor.

La algarabía y el alboroto provocado por esa iniciativa casi hubiera reventado el Palacio de los Deportes, los aplausos interminables, los slogan que hablan de la unidad pronunciados sin cesar, y el orgullo y la seguridad del triunfo de los perredeístas encumbrados a lo más alto.

Peña Gómez hubiera hecho un recuento histórico de las veces que el PRD perdió la oportunidad de llegar al poder debido a la incomprensión y falta de unidad de sus dirigentes, y creado la conciencia de que sin la unidad no hay triunfo posible. La alusión al “Guapo de Gurabo” con su habilidad concertadora no iba a quedar fuera del discurso del máximo líder.

No obstante lo mucho que se ha logrado en el camino de la unidad, y de las palabras del presidente y secretario general del partido en alusión a la doña, pensamos que ese escenario era el más propicio para levantarles al ánimo a Milagros y a los líderes de la Corriente Unitaria, que se sintiera parte del triunfo y demostrarles que la intención de unidad, proclamada por el candidato ganador, no es una simple pose.

Por encima de que se montó una gran convención, con la presencia entusiasta de miles de delegados que abarrotaron el Palacio de los Deportes, todavía falta afinar muchos detalles para la integración de todos los sectores perredeístas a la campaña del candidato ganador, concretar acuerdos sobre el programa de gobierno, objetivos a alcanzar de llegar al poder, compromisos ideológicos, etc.

En todo este proceso, la voz cantante debe llevarla el candidato presidencial, para que la unidad arriba sea llevada hasta abajo en la conformación de los comandos de campaña, comisiones especializadas, equipos económicos, y otros órganos.

Papel preponderante debe asumir también el presidente y secretario general del PRD, para que el encuentro fraterno y el abrazo sincero se dé entre todos los perredeístas, sin vencidos ni vencedores, y con la idea de que, una vez consolidada y aceitada la maquinaria perredeísta, todos salgan a trabajar por el triunfo.

Finalmente, pensamos que se ha avanzado bastante, y que el PRD ha dado al país una lección de democracia con su convención, que no obstante los pequeños tropiezos y el afinamiento para la unidad total, está muy por delante de otras fuerzas políticas en el proceso que culminará el próximo 16 de mayo del 2008.

Todavía hay tiempo para el entendimiento y para la conformación de la estructura que llevará al PRD al poder, y así librar al país de la desgracia peledeísta.

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