Pensamiento estratégico

Pensamiento estratégico

Cuando hablamos de pensamiento estratégico, nos referimos a ese recurso que utilizamos para conseguir lo qué uno quiere contestando cuatro preguntas claves: ¿dónde estaba ayer? ¿dónde estoy hoy? ¿dónde quiero estar mañana? y ¿cómo haré para conseguirlo? Son las interrogaciones fundamentales que debemos formularnos para asegurarnos mantener los esfuerzos debidamente direccionados.

Sin dudas, es más sencillo elaborar un plan que ejecutarlo, puesto que lo difícil es visualizar el futuro que se desea y desde el cual se pueda construir el presente que se necesita para lograrlo, pero una de las razones más importantes para tener un plan es evitar el desperdicio de nuestras fuerzas en afanes de muy poca o ninguna contribución a nuestra razón de ser.

El pensamiento estratégico es el sueño de hacia dónde queremos ir, la planificación estratégica es el cómo vamos a lograr ese sueño, por lo cual, el pensamiento estratégico es el arte de ordenar los conocimientos y los recursos para superar esa diferencia tradicional que existe entre el plan y el resultado.

A modo personal, el pensamiento estratégico incluye la aplicación del juicio basado en la experiencia para determinar las direcciones futuras, mientras que si lo visualizamos hacia la empresa, este pensamiento estratégico sería la coordinación de mentes creativas dentro de una perspectiva común que le permita a un negocio avanzar hacia el futuro de una manera satisfactoria para todos. De manera, que el propósito del pensamiento estratégico es ayudarle a explotar los muchos desafíos futuros, tanto previsibles como imprevisibles, más que prepararlo para un probable mañana único.

Estamos en tiempos de grandes incertidumbres en el panorama de los negocios, puesto que el liderazgo estratégico está resultando ser más importante que nunca. La capacidad de pensar estratégicamente y manejarnos con estas habilidades con eficacia es la clave para la creación de una organización sostenible, pero el problema está en que ese pensamiento estratégico y estas habilidades de planificación son muy poco comunes entre la mayoría de los ejecutivos. De hecho, según la revista Chief Executive, 7 de cada 10 líderes no son considerados estratégicos.

Es por esto, que entiendo que más que nunca, los líderes de hoy deben poseer una visión macro sobre los sistemas de la perspectiva de su negocio, y de esta manera, dominar los seis elementos claves del pensamiento estratégico, la capacidad de: anticipar, cuestionar, interpretar, decidir, alinear y aprender.

Aunque cada uno de estos elementos ha sido objeto de atención aislado, son importantes en formas completamente nuevas cuando se examina en el contexto de un marco global.

El pensamiento estratégico es una de las principales competencias que se debe desarrollar no solo a nivel profesional, sino también en lo personal, puesto que implica el perfeccionamiento de habilidades de creatividad, de resolución de problemas, de trabajo en equipo, de pensamiento crítico y de flexibilidad.

Los pensadores estratégicos son capaces de ver el panorama general y también la forma de alcanzar sus objetivos.

Para nuestra tranquilidad, en el pensamiento estratégico se combinan elementos múltiples y complejos pero, quizás, uno de los aspectos más importantes es que puede ser aprendido, o sea que invirtiendo en conocimiento podemos transformar pensamiento tradicional en pensamiento estratégico, sin olvidar que este es un proceso continuo, no una tarea con inicio y fin, pues el líder lo ejerce todo el tiempo, ya sea durante las jornadas de trabajo o fuera de éstas, y eso es precisamente lo que caracteriza a una persona con esa capacidad de pensamiento, su accionar siempre estará enfocado en conducir su vida hacia el éxito.

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