El Pentágono afirmó el martes que revisará la seguridad en sus instalaciones militares tras el tiroteo que dejó 12 muertos en una base de la Marina en Washington, que llevó al presidente Barack Obama a plantear el temor de que estos incidentes se vuelvan un «ritual».
Obama, que instó el martes al Congreso a avanzar en la reforma del control de armas, se dijo preocupado de que «esto se convierta en un ritual que atravesamos cada tres o cuatro meses, con estos horribles tiroteos»