No se trata de una idea baladí que invita a la mera distracción, se trata, aunque no lo parezca, de una propuesta con sustancia que debería ser abordada con seriedad.
Nos referimos a la propuesta del economista Simon Johnson, ganador del Premio Nobel de Economía en 2024 y profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), para que las plataformas como Instagram y TikTok establezcan un sistema de pago por suscripción para sus usuarios, similar al que utilizan servicios como Spotify o Netflix.
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Su propuesta se fundamenta en que el modelo gratuito que actualmente domina en las redes sociales, basado en la publicidad digital, tiene un costo oculto grande, pues convierte a los usuarios en el producto al recolectar sus datos y manipular su atención mediante algoritmos diseñados para maximizar el tiempo de conexión.
Sostiene el economista que la lógica de monetización basada en la atención ha contribuido a debilitar la democracia, concentrar el poder en unas pocas empresas tecnológicas y deteriorar el bienestar mental de las personas.
¿Podría el cambio propuesto reducir el riesgo de los usuarios, sobre todo los más jóvenes, sufran de ansiedad y otros problemas de salud depresión, baja autoestima, adicción, aislamiento social, alteraciones del sueño, falta de atención, baja productividad, acoso, pérdida de privacidad?
Indudablemente sí, sobre todo si el cambio va acompañado de un fortalecimiento de la regulación para evitar tanto tarifas abusivas como la recolección de datos personales (en perjuicio de la privacidad), la excesiva distracción y la desinformación, paquete al que se agregaría el efecto disuasivo que llevaría a muchos usuarios a pasar menos tiempo en las plataformas y a usarlas de manera más responsable.
El pago de tarifas por el uso de las redes, siempre que no sean abusivas, confirma toda la sabiduría que hay en este viejo refrán: lo gratis, lo mismo que lo barato, sale caro.