Pepe Mujica, la juventud y la clase política dominicana

Pepe Mujica, la juventud y la clase política dominicana

Sahel Abreu Santos

Durante dos días estuvo en el país uno de los personajes más honestos y agradables que hemos conocido como presidente alguno de esta región. Un hombre con posiciones claras sobre la realidad social de los países de Latinoamérica y una historia de vida que es digna de cualquier película o historia de motivación para enseñar cómo enfrentar las adversidades de la vida y continuar con las posiciones de nuestras ideas y creencias.

Hablo de José Alberto Mujica Cordano,  mejor conocido por todos como Pepe Mujica, quien ha transcendido de Uruguay para convertirse en un patrimonio de la humanidad por su coherencia entre sus hechos y sus palabras.

Con un pasado guerrillero, fue elegido diputado y senador, para posteriormente ocupar el cargo de ministro de Ganadería y luego llegar hacer el presidente  de Uruguay. Promotor desde su presidencia de políticas controversiales,  pero con posiciones bastantes claras, como son los temas del aborto, la legalización de la mariguana, religión en el Estado,  derechos humanos, entre otros.

Su visita en la República Dominicana, aunque estuvo empañada en un principio por la intención de algunos sectores de intentar sacar capital político, se desarrolló con una agenda intensa y con los reconocimientos que un hombre de su magnitud merece. El Doctor Honoris Causa por parte de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), el reconocimiento por parte del Senado de la República y la visita al presidente Danilo Medina son actos bien merecidos a la figura universal de Mujica.

Pero, lamentablemente,  su visita para muchos no fue más que un espectáculo.  Se tomaron cientos de fotos, aún cuando el protagonista no estaba atento o no tenía el mismo afán de aquellos  que procuraban sus «selfies» para conseguir likes (me gusta)  en las redes sociales. Se colocaron muchas de sus expresiones, frases y citas en Facebook y Twitter, pero se echó de menos la voluntad pública de seguir su ejemplo y asumir su discurso más allá de una foto para figurear.

No obstante, en mi opinión, su visita deja un mensaje a la clase política:  los jóvenes hicieron filas y protestaron, no por funditas de comida ni por sobrecitos con 500 pesos, hicieron esto con la intención de conocer un mensaje político y moral que llevar a sus hogares y a sus comunidades.

Como dirigente político, sé de las estrategias que se utilizan para obtener resultados parecidos en un evento como es la visita de Pepe Mujica a la República Dominicana, en cambio él era esperado con orgullo y entusiasmo por esa juventud que quiere cambios reales por parte de su clase política y oportunidades por el Estado.

Precisamente, Pepe Mujica dijo que “ser joven es tener un compromiso por mejorar el mundo”.  Trascendamos entonces la mera participación en redes sociales y comencemos a hacer de nuestra vida un ejemplo social que impacte la vida de otros para mejorar, como lo ha hecho este hombre de postura imponente y trato agradable.

Sígame en Twitter: @SahelAbreu

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