Percepciones “Extra cerebrales” y la tecnología

Percepciones “Extra cerebrales” y la tecnología

José Silié Ruiz

Roger Bartra es un antropólogo y sociólogo mexicano de gran prestigio. En su libro Chamanes y robots él explica algo parecido a la “teoría de la mente extendida”. Esta teoría sustenta que buena parte de nuestra “mente” está fuera del cráneo y que puede expresarse fuera de él. Hay algunos ejemplos: la experiencia de ser vistos; de repente uno siente que alguien nos está viendo, volteamos la cara y en verdad alguien nos está mirando.

Algunos investigadores proponen que este es un rescoldo de cuando éramos primitivos recolectores y nos manteníamos muy atentos ante un posible ataque de algún depredador que nos agrediera. Igual teoría se sustenta para explicar por qué las hembras tienen las células en espejo (lóbulo temporal), el cual es probable asiento del sexto sentido, más desarrolladas que los varones. Hay varias especies de animales que se conectan a través de su vínculo afectivo de esta manera, por ejemplo, las aves.

Algunos investigadores consideran que los humanos tenemos “redes exocerebrales” que funcionan como prótesis externas para vincularnos con los demás. Estas prótesis se desplazan por diversas esferas como el lenguaje, la música, el arte. Si nos damos cuenta, buena parte de nuestra dinámica mental funciona con esas prótesis, unas de las más fáciles de reconocer son las inteligencias artificiales; esta es la exposición a todos los mecanismos electrónicos: las redes sociales, los simuladores, etc., como vemos son prolongaciones de nuestra mente. Son elementos exocerebrales que son capaces de modular las operaciones y las funciones de nuestras propias neuronas. El problema con esto ya, es a lo que debemos de estar sumamente atentos, porque estos programas están hechos en base a algoritmos y ellos tienen un impacto en nuestra mente.

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Quiere decir que cada vez que un humano está expuesto a un videojuego, realidad virtual o redes sociales, esto va a impactar de cómo nuestro cerebro se desarrolla. Se ha planteado que los humanos estamos perdiendo la capacidad de visión a largo plazo y a la igual disminución de la memoria debido a la alta exposición a las pantallas que tenemos en los últimos años. Es decir, que todas estas acciones modifican la forma de cómo nuestro cerebro se desarrolla.

Las estadísticas revelan el preocupante dato de que uno de cada tres menores introduce sus datos personales en una red social y que la mitad de los jóvenes entre 15 y 25 años han compartido datos con desconocidos. Dicho de otra forma: ellos no conocen personalmente a todos sus amigos. Hoy asistimos a la tecno adicción, la que se expresa en cambios del carácter; en los jóvenes se manifiesta a través de irritabilidad o reacciones airadas cuando se les reprocha el uso excesivo. Ansiedad, se manifiesta en la necesidad de hacerlo todo rápido. Dependencia, del celular o de la tableta, la cual se aprecia en la necesidad de llevarlo a todas partes y de no apagar el celular en ningún momento. Racionalización: se proporcionan excusas o justificaciones absurdas para el uso de las nuevas tecnologías, cuando en realidad es para jugar o chatear.

Obsesión por lo último: se proporcionan excusas y justificaciones para obtener lo más moderno en la tecnología, llamado también “geek-adición” o adicción a las nuevas tecnologías. Hay otros problemas asociados como son: el sedentarismo, el aislamiento aun de la familia, el aumento de peso, el abandono de otras actividades más sanas como el ejercicio físico y el relacionarse personalmente con otras personas de su edad. En fin, existe una verdadera pandemia tecnológica.

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