Percepciones manipuladas: Loma Miranda y el muro fronterizo

Percepciones manipuladas: Loma Miranda y el muro fronterizo

El descabellado plan de construir un muro fronterizo de más de 300 kilómetros de largo, ha encontrado a una opinión pública sensible y predispuesta a repudiar todo que tenga un tinte pro haitiano, pero se le está haciendo un flaco servicio al futuro nacional, que podría empujarnos no solo a una confrontación indeseable con los vecinos occidentales, sino vernos irradiados de la comunidad internacional si por locura e insensatez se le hace caso a quienes promueven tal dislate político y diplomático para el cual no hay dinero suficiente en el Estado para embarcase en esa aventura.

La idea del muro ha tenido una tremenda acogida, y el respaldo que ha recibido expresa el sentimiento nacional de cómo por culpa de autoridades pusilánimes, han permitido que la diplomacia haitiana se encarame sobre nosotros, nos avasallen frente a sus potencias amigas y son las que dictan las condiciones para el comportamiento de lo que debe hacerse, y lograr como después de haber obtenido la promulgación de la Ley de Naturalización, llevar a distorsionar los propósitos de la sentencia 168/13.

La manipulación de la opinión pública, por un sector de la derecha política ha logrado esta vez sus fines para atraerse a miles de dominicanos que cansados de los abusos de Haití ya lo ven como un peligro futuro para la soberanía, pese a las buenas relaciones interpersonales que existen con los grupos mixtos en toda la frontera, en Verón, Santiago y barrios de Santo Domingo.

Al país lo están encaminando hacia la confrontación, en una hábil carrera manipuladora para enrarecer el ambiente, distinto al que debía existir en las relaciones de las dos naciones, en que las estrechas relaciones del intercambio comercial hacen de Haití el principal socio de los dominicanos, pese al chantaje y artimañas que los haitianos utilizan para buscar siempre ventaja, donde el argumento para acusarnos y prohibir importaciones de productos criollos es su baja calidad y que sus países amigos nos acusan de racistas. Este calificativo se elevará por las nubes con el asunto del muro propuesto por la derecha reaccionaria.

Y la izquierda reaccionaria dominicana, convertida en ecologistas radicales desde que cayera el comunismo en 1993, ha estado muy activa en el presente siglo XXI, anotándose sonoros triunfos mediáticos y sociales, que le han permitido emprender otras acciones, que al final de cuenta, perjudican al gobierno de turno y a los planes de inversión del capital privado, colocándolos a la defensiva y temerosos de una agresiva opinión pública que consideran cualquier inversión como algo pecaminoso para el país y como un robo en desmedro de los recursos naturales.

Ya esos grupos radicales de ecologistas, o de los verdes como se les conoce después de haber cambiado la gorra roja por la verde, han logrado triunfos en el país; ellos hicieron, junto a una pléyade de jóvenes, desistir de la inversión de la cementera en Los Haitises y a Educación se le asignara el 4% del presupuesto nacional para sus inversiones.

Y manteniendo esa línea de ataque al capital privado, se confabularon para crear una percepción que Loma Miranda, declarada Parque Nacional, era vital para el futuro de la nación, por ser madre de todas las aguas, con tan solo un escaso metro cúbico por segundo del río Jagüey y su escaso territorio encierra una supuesta rica biodiversidad que es vital para el país, y sin ella los dominicanos padecerían lamentables limitaciones. Pero esto sí ocurriría si se llegara a construir la carretera Cibao-Sur por la zona montañosa que encierra el futuro del país con sus montañas que son verdaderas madres de las aguas, como lo atestiguan los ríos Yaques, el Yuna, el Nizao y otros más.

Esa agresividad, para con Loma Miranda y los inversionistas, contrasta con la pasividad y silencio de los ecologistas con esa carretera norte-sur. Pareciera que se tratara de un proyecto añorado de grupos de izquierda radical, que en sus años de ensueño de las décadas de los 70 y 80 del siglo pasado soñaron con herir en donde más le doliera al capitalismo, pero transformados y obedientes al sistema democrático si disfrutan de una cuota de poder.

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