Percepciones

Percepciones

«La mujer del Cesar no solamente debe de ser honesta sino que debe aparentarlo», decían los antiguos romanos. Vivimos en un mundo de percepciones donde vemos exactamente aquello que pretendemos percibir aunque sea una exageración o una mentira.

Esa es la realidad en la que estamos programados y los políticos son los prestidigitadores de esa «realidad».

Una mentira muchas veces repetida termina convirtiéndose en una gran verdad. En estos momentos lo que el vulgo percibe es corrupción por todas partes y esta percepción está siendo manipulada masivamente y a control remoto.

En España la población dominicana repite el mismo mantra: «corrupción, corrupción»; lo mismo en Miami, lo mismo en Nueva York, lo mismo en Rhode Island, lo mismo en todas partes. En el inconsciente colectivo está sembrada la percepción de la corrupción como si ésta no hubiera existido antes.

«Este es el gobierno más corrupto de todos los que nos ha tocado sufrir», me dice un general retirado. Y este es un hombre serio que no come cuentos ni cree en relajo. ¿Entonces… qué es lo que está pasando? Es un problema de percepción y los ciudadanos, al «percibirla», creen en ella creándola a su derredor y reflejándose a si mismos.

Solamente un pueblo educado es capaz de cambiar su realidad modificando su percepción sin tolerar que le metan gato por liebre. Al Dr. Leonel Fernández se le ha sugerido cortar por lo sano.

Dio un pasito de conga cubana pero de ahí no pasó. Lo mismo hacia Balaguer creando la «percepción» de que todo se había arreglado. Resulta y viene a ser que la mona, aunque se vista de seda, mona se queda.

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