La pérdida de sueño y de descanso a que están sometidos los dominicanos por los apagones genera irritabilidad de la corteza cerebral y eso a su vez provoca que la gente se violente e incomode, analizó ayer el psiquiatra Secundino Palacios.

Mientras, los cardiólogos Pedro Ureña y Fulgencio Severino aseguraron que la falta de sueño y la intranquilidad podrían contribuir a elevar la presión arterial y provocar mayores casos de angina de pecho.

«Todos los aspectos que forman la vida del dominicano están alterados en estos momentos, existe una desesperación y frustración colectiva que lo arropan todo», analizó Palacios, quien habló con HOY desde su casa, donde se recupera de unos golpes que le propinó un policía en la Feria Agropecuaria.

«Toda la frustración se debe a que las gentes no ven posibilidades de salir de las condiciones de pobreza a que han sido sometidos», expresó el psiquiatra.

Aseguró que «no hay que hacer muchos estudios sofisticados para advertir que la gente en las calles está «irritable» y que luce desesperanzada.»

El profesional de la salud mental dijo que «la angustia refleja la desesperanza, porque la gente ve que se va empobreciendo en forma creciente.»

[b]RECOMENDACIONES SIQUIATRICAS[/b]

Desde el punto de vista de la Salud Mental, es recomendable que la gente no se «sumerja» en su dolor, «se recomienda que hable y socialice sus problemas», dijo el profesional.

Recomendó que la gente acuda a los grupos de auto ayuda, que visite los amigos y que se divierta en la medida de sus posibilidades, aunque sostuvo que el problema es mucho más profundo.

«Sería bueno recomendar a la gente que trate de dormir bien pero, ) cómo pueden dormir bien si los mosquitos y el calor que provocan los apagones se lo impide ?», se preguntó Palacios.

Recordó que el sueño de una persona debe ser reparador de energías, pero en la actualidad la gente vive en condiciones desesperantes.

[b]EN CARDIOLOGIA[/b]

De su lado, los cardiólogos Pedro Ureña Velásquez y Fulgencio Severino aseguraron que existen dos escenarios: uno, el de los pacientes a los cuales el estrés y el calor no les permiten dormir bien. El otro son los pacientes que ven elevarse su presión arterial.

«Los pacientes hipertensos son muy susceptibles a la pérdida de líquido y la falta de energía eléctrica les hace afectar su estado de ánimo», sostuvo Ureña.