Por temor al impacto económico del coronavirus, los inversionistas entraron en pánico y el viernes las bolsas mundiales cerraron con la mayor pérdida desde el 2008. El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial desconocen qué tan profundo es el frenazo de la economía china y hasta dónde las pérdidas en cascadas.
El petróleo WTI que usamos como referencia para fijar el precio semanal de la gasolina, gasoil, etc., el barril bajó a US$44.78, con un abrupto descenso de 25% en sesenta días, lo que impactará positivamente la economía si se mantiene por una larga temporada, lo que nadie descarta sin importar que la OPEC recorte la oferta.
Porque además de ayudar a aumentar el gasto de las familias, es viento que estimula la actividad económica, contiene la inflación, mejora la posición de la cuenta corriente de la balanza de pagos y del presupuesto público de este año. La menor recaudación por el impuesto ad-valorem se compensará con mayor cobro por el impuesto fijo, al aumentar el consumo de los derivados, además de que, por el lado del gasto, se reducirá el subsidio corriente al sector eléctrico.
Por el lado real, el nuevo escenario del petróleo en baja suma PIB a la economía, teniendo claro que se debe restar el producto que se pierde por reducción del turismo, lo bueno es que el balance neto deberá ser positivo.
Las estadísticas nos dicen que es inversa la relación entre el precio de los combustibles importados y el crecimiento del PIB real. Por el barril pagamos un precio medio de US$79.83 y la economía creció 4.9% de 2012 a 2024, el precio se desplomó a US$40.54 y el PIB aceleró a 6.8% en los siguientes dos años (2015-2016). El bajón de precio de 49% fue parte de la explicación del aumento de dos puntos en el crecimiento del PIB de un periodo a otro.
No tenemos escapatoria, este año por contagio perdemos PIB por desaceleración de las actividades turísticas en bares, restaurantes, hoteles, etc. Se desconoce cuánto, dependerá de la evolución del turismo mundial que está reportando cancelaciones masivas de habitaciones en hoteles, viajes y eventos en Europa y otras regiones del mundo. Lo que puedo decir es que se perderá mucho menos del PIB que suma la caída de precio del petróleo, por eso dije que el balance es positivo.
Como desde 2008 vivimos el loco mundo que hizo obsoletas e inservibles las mejores teorías económicas enseñadas en universidades y libros de texto, con inversores llenos de miedo que recogen beneficios para alejarse de activos de riesgo con rentas variables (acciones de empresas, por ejemplo), para buscar refugio en bonos públicos de renta fija como los que vendemos en el mercado de capitales, lo que procede es dar seguimiento a las pérdidas económicas que genera el coronavirus. Preservando el pronóstico de crecimiento del PIB alrededor de su potencial, de hecho la Reserva Federal ha dicho que si es necesario no descarta rebajar el precio del dinero.
Y para seguir atrayendo inversores, se debe preservar la tasa real positiva (la diferencia entre el rendimiento que se paga y la inflación) para los títulos del Banco Central y Hacienda.