Los parámetros de las pérdidas de agua para riego en el país siguen en aumento y en la actualidad se sitúan entre un 50 y 70%, según la zona de riego.
Esta afirmación la sostiene el experto en riego, ingeniero Gilberto Reynoso, quien además es asesor hídrico del Poder Ejecutivo.
“A pesar de la gran infraestructura de riego que tiene el país y que está a cargo del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi), las pérdidas de agua de riego no han mejorado: al contrario, han aumentado a medida que se han ido ampliando las zonas de riego”, dijo Reynoso.
Explicó que las pérdidas hay que evaluarlas por sistema de riego, debido a que no es cierto el concepto de valor promedio, “porque cuando alguien tiene tres pesos y otro cero, y se dice que el promedio de cada uno es uno y medio, eso es falso porque uno tiene tres y el otro nada”.
“Valorando la eficiencia de riego por sistema, como el río Yaque del Norte, por ser largo y con unos siete canales de Santiago a Villa Vásquez, el agua de exceso del riego en Santiago va de nuevo al río y es aprovechada por los canales de Cañeo, Fernando Valerio y otros”, dijo.
Agregó que cuando se valoran los retornos que se usan de nuevo, las pérdidas del riego de la cuenca del río Yaque del Norte se estiman entre 50 y 52%. “En el canal Marcos A. Cabral, en la provincia Peravia, que no hay reuso del agua de riego, las pérdidas son altas y superan el 70%”.
Dijo que en el caso del río Yaque del Sur, en la zona de riego de Azua, es diferente debido a que no se aprovecha el reuso del agua y va directamente al mar, por lo que su pérdida es entre 65 y 70%.
“Con respecto al río Yuna, las pérdidas son menores por el reuso del agua que se pierde en Ranchito, en La Vega y otros lugares, se usa abajo en los Aglipos, por lo que la pérdida se estima en alrededor de un 50%”. Sin embargo, Reynoso manifestó que en todos los casos, las pérdidas de agua en riego son inaceptables, por ser muy elevadas.
Indicó que lo peor no es la pérdida per se del agua, sino los daños que generan, como los problemas de drenajes en Azua, San Juan, valles de Neiba, Barahona y del Cibao (Cruce de Guayacanes hacia abajo).
“El uso excesivo de agua en los sistema de riego en gran parte se acumula en los suelos y genera problemas de drenajes y se traduce en salinización, reducción del potencial productivo de los suelos y elevan los costos de producción de manera sustancial”, dijo.
“Si los drenajes que recogen las aguas de pérdidas estuvieran secos, las plantas acuáticas no crecieran tanto como ocurre en las zonas de riego del país; producto de eso, los drenajes siempre están llenos de malezas por el agua que está cargada de nutrientes, porque los dueños de fincas aplican los fertilizantes y el exceso de agua lava los fertilizantes”.