¡Perdidos en «El Fondo»!

¡Perdidos en «El Fondo»!

JOSÉ B. GAUTIER
En estos últimos años he tenido la oportunidad de hacer frecuentes recorridos por la línea de demarcación fronteriza trabajando en misión oficial del gobierno, representante designando de la Secretaria de Estado de Relaciones Exteriores, como delegado presidente de la sección dominicana de la Comisión Mixta domínico- haitiana para la relocalización y la reparación de las pirámides fronterizas e inspeccionar el estado en que se encuentra cada uno de los 311 padrones numerados construidos para poner a la vista, sobre la tierra, los limites territoriales entre la República Dominicana y la República de Haití de acuerdo al Tratado de Límites firmado el 21 de enero de 1929 y su Protocolo de Revisión del 9 de marzo de l936, a lo largo de sus 386 kilómetros de longitud.

Toda esta rica y fabulosa experiencia compartida entre los Comisionados designados de ambos países, trabajando en armonía, con la mayor transparencia y respeto mutuo, ha sido recogida en varios Informes escritos y fotografías tomadas de cada padrón fronterizo cuyas conclusiones de los resultados obtenidos de la inspección realizada fueron enviados a las autoridades correspondientes para su conocimiento y evaluación.

Uno de los lugares que más me impactó durante esos recorridos fue descubrir, desde la orilla o la gran sabana dominicana, entre millares de diminutos cangrejos corriendo por la playa de arena, chivos y ovejas cimarronas, arbustos de campeche, guaconejo y guayacán, espinosas guazábaras, zarzas y el olor de humeantes carboneras, -el majestuoso lago de El Fondo,- sus flamencos rosados y patos salvajes en grandes bandadas, volando en formación rasante sobre el agua en un horizonte infinito,- inmensa masa de agua enclavada en la isla de Santo Domingo que esta totalmente bajo la soberanía territorial haitiana, según Nota suscrita en l929 como complementario al tratado fronterizo con la aprobación legislativa de los dos Estados. (En el Tratado de Aranjuéz de 1777 este lago estaba compartido por las dos colonias, española y francesa).

Examinar las ruinas de piedras de la antigua Aduana de El Fondo en territorio haitiano, a escasos metros de la línea divisoria, entre Las Lajas y Tierra Nueva, guardando celosamente sus secretos de un pujante comercio lacustre colonial hoy desaparecido. Andar por el viejo camino Real de Haití a Neiba, declarado en el tratado fronterizo como eje divisorio al servicio de los dos Estados entre Fond Pitte (Bajada Grande) y El Fondo pasando por Las Lajas. Ver los pintorescos botes haitianos pintados a color navegando sobre el lago con velas multicolores. ¡Tener la sensación que tan solo dando un paso estaba en territorio extranjero! ¡Este bello e imponente panorama fronterizo cautiva! ¡Ver mucha agua salobre por doquier, sin una gota para beber!

En una de esas inspecciones me informaron que en la franja territorial de la orilla dominicana del lago de El Fondo había dos padrones fronterizos desaparecidos, el No. 240 y el No. 241.

Al regresar a Santo Domingo y después de consultar y de estudiar muchos documentos del Tratado de Límites y los 97 planos originales evacuados por la Comisión Delimitadora de Fronteras en l929, sus levantamientos topográficos, planos depositados en los archivos de la Cancillería, discutir el problema con los demás Comisionados y con miembros del Instituto Cartográfico Militar, concluí que esto era imposible.

¿Se los robaron? ¿Los destruyeron? ¿Los escondieron? No puede ser. No pueden desaparecer padrones de cemento de dos metros de alto por medio de ancho construidos enterrados a varios metros alejados del agua a la orilla del lago. ¡Vamos a buscarlos!

Con la ayuda de buzos de la Secretaria de Estado de las Fuerzas Armadas y de submarinistas de Tierra Nueva y compañeros de la comisión designada por la Cancillería, rastreamos por varios días y en diferentes ocasiones toda la zona por tierra y por agua. Conversamos con los moradores. Algunos haitianos viejos los recordaban. Están bajo el agua, afirmaron. ¡Tengan cuidado con los caimanes! Dos submarinistas dominicanos de la zona nos dijeron que vieron uno cuando zambullidos pescaban tilapias.

Uno de nuestros Comisionados, alquiló un bote y acompañado por el alcalde del embarcadero haitiano «La 40», junto a los buzos y submarinistas, se tiraron al agua con cámaras fotográficas y todo el equipo necesario y finalmente, después de varios intentos y horas de buceo, pudieron ubicar uno de los padrones sumergidos en las aguas salobres del lago de El Fondo, la No.241, cubierto de lama y vegetación marina, a unos dos metros de profundidad y trescientos metros de la orilla. El otro, el No.240 fue encontrado después, semi sumergido en un lodazal a orillas del lago, escondido entre matorrales y grandes bejucos. ¡Que misterio! Nadie los había movido de su ubicación consignada en los planos originales y construidos sobre tierra firme. Simplemente habían sido arropados por el aumento del nivel de las aguas desbordadas del lago.

En Mal Paso, Jimaní, paralela a la carretera que va hacia Haití y a una antigua pista de aterrizaje, frente a la Aduana dominicana actual, se detecto el mismo fenómeno de desbordamiento del lago de «El Fondo» formándose una lengüeta de agua que penetra a territorio dominicano de unos setecientos metros de longitud y unos trescientos de ancho entre los padrones fronterizos No. 250 y No. 251.

Ninguna autoridad dominicana se había percatado, mucho menos investigado, de que mediante un fenómeno natural imprevisible y fortuito, de consecuencias jurídicas bilaterales e internacionales todavía no evaluadas, las aguas del lago de El Fondo, como esta consignado por Nota en el Tratado de Limites, ya no son en su totalidad de la exclusiva soberanía territorial de la República de Haití.

El nivel del agua del lago de El Fondo, que en diciembre de 1929 era de 12.9 metros sobre el nivel del mar según fue establecido en los planos evacuados por la Comisión Delimitadora de Fronteras,- en la actualidad sobrepasa los 16 metros, desbordándose inadvertidamente un gran volumen de agua hacia territorio dominicano.

¿Habrá que revisar el Tratado de Limites de 1929 en ese sector fronterizo? ¡El misterio de estar perdidos en «El Fondo»!

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